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El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se impuso en la mayoría de las 21 alcaldías del Zulia, mientras que la oposición logró alzarse en dos municipios: En Santa Rita, donde fue electo Alenis Guerrero, abanderado por el partido Un Nuevo Tiempo, (UNT) con el 51.06 por ciento de los votos, y en Sucre, Yonis González, respaldado por el mismo partido, quien alcanzó 48.925 por ciento de los sufragios.
La tolda azul perdió Maracaibo, que era por tradición un municipio bastión para su triunfo, lo que significa su segunda derrota. La primera fue cuando Pablo Pérez y Gian Carlo Di Martino se disputaron la Alcaldía de la ciudad. En la capital zuliana el candidato de UNT, Juan Carlos Fernández alcanzó 209 mil 276 votos para un 46.78 por ciento; frente a su contendor Willy Casanova, del PSUV, quien resultó electo con 225 mil 562 sufragios para un 50.42 por ciento.
Pese a los resultados obtenidos el 15 de octubre, en el que la oposición habría recuperado la Gobernación del Zulia, el mapa político del Zulia cambió en esta jornada electoral en el que la administración regional quedó nuevamente en manos del oficialismo, donde Omar Prieto logró 701 mil 245 votos para un 57.35 por ciento que lo hacen el nuevo ocupante del Palacio de Los Cóndores, quedando por debajo Manuel Rosales, dirigente de UNT, quien obtuvo 512 mil 50 sufragios para un 41.88 por ciento.
El politólogo y abogado Jorge Govea, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Zulia, considera que el 10 de diciembre reincidió la campaña de desvalorización del voto a la que asegura el Gobierno juega siempre, lo que produjo a su criterio la desmovilización del votante.
Subraya que al igual tuvo peso que tres de los grandes partidos de la oposición (Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática) no inscribieron candidatos, no llamaron a votar y no movilizaron a sus votantes. Define que en esta situación predominó una “participación oportunista”.
“Estos factores unidos a la manera precipitada en que montaron los últimos procesos de votación, no permitieron al electorado reaccionar y pensar, y a los partidos organizar y hacer campaña”, acota.
Govea apunta que la crisis que agobia a los ciudadanos fue otro factor. “La situación económica influyó en que la gente no sintió ningún incentivo para votar”.
La desconfianza al Poder Electoral también incidió. “La gente piensa que nada iba a cambiar con estas elecciones y les daba igual quien ganara”.
La politóloga María Alexandra Semprún, especialista en participación electoral, al igual considera que los resultados son el reflejo de una creciente y sostenida pérdida de credibilidad en el Poder Electoral, aunado a que hubo llamados de abstención. “Cualquier ciudadano que salió a la calle este domingo se dio cuenta de que la abstención fue brutal y nunca votaron más de nueve millones de personas por muy rápido que fue el proceso”.
La profesora universitaria también adjudica el triunfo del oficialismo a que los electores opositores están cansados de la situación país y hay un desgaste por parte del ciudadano.