En la Curva de Molina las aguas negras emergen sin cesar

Paros de transportes y cierre de varios locales comerciales han ocurrido en el último tiempo producto de la presencia del foco infeccioso

El olor fétido prevalece en la calle 79A con avenida 91 vía a La Concepción en el sector La Curva de Molina. Desde hace dos meses los transportistas, peatones, comerciantes y habitantes de la zona ven como miles de litros de agua emergen del pavimento y causan un “desastre”. Cerca de 800 familias y negocios se ven afectados.  

Edenis Urdaneta es fiscal de la ruta La Curva-Concepción y comenta que el bote de aguas ocasiona que los huecos de la calle se pierdan por el líquido ante la mirada antenta de los transeúntes y los choferes. Esto ha ocasionado múltiples accidentes. “Se han estallado más de 100 cauchos y se dañan los trenes delanteros. Varios motorizados se han caído y algunas personas se han partido la cara o un brazo”. Mientras Edenis narra varios de los sucesos, los carros que intentan sortear los cráteres y las personas esquivar el putrefacto líquido.

Érik Castillo, otro transportista, relata que a diario prestan un servicio a los niños que se dirigen junto a sus representantes al Hospital de Especialidades Pediátricas y en reiteradas ocasiones estos se enferman. “Los muchachos sufren escabiosis, fiebres y enfermedades pulmonares”.

Martirio

El profesional del volante, asegura que vive con picazón y todos tienen hongos en los pies. “La calle está full de huecos e hicimos tres paros e incluso trancamos la calle, pero nada. El olor es insoportable y el bote permanece día y noche. No podemos continuar viviendo este infierno. También tenemos mucha basura y las personas tienen que pagar a los burreros o chatarreros para que se la lleven”.

En pocas cuadras y apenas a metros de distancia, hacen vida nueve rutas de transporte entre las que se encuentran La Curva, Villa Baralt, Las Mercedes, Rotaria, Country Club o La Concepción. Justo en frente del “desastre” esta el local de Félix Reyes que intenta lograr que las personas hagan sus compras y las ventas dejen de caer. 

Reyes cuenta que se siente triste y desde hace dos meses la situación es crítica. Según él, las autoridades solo aparecen para hacer teatro, mientras que ellos se enferman de la garganta y la piel. “El olor es insoportable. El manantial está las 24 horas y es lamentable que estemos atravesando todo esto. Nos tienen como personas de quinta categoría, como si fuésemos desechos humanos”.

Caída

El también residente del sector, asegura que las pérdidas de los comerciantes son cuantiosas y los negocios dejaron de abrir sus puertas debido a la problemática. “Cuando el día era muy malo entraban 35 personas a diario, ahora si acaso lo hacen 10. Cuando llueve la situación es peor todavía y casi todos los negocios de venta de comida han cerrado”. 

Álvaro Ramírez, gerente de Mantenimiento de Hidrolago, en conversación telefónica con La Verdad señaló que la hidrológica trabaja y atiende la situación para solucionar definitivamente el problema, sin embargo, no ofreció mayores detalles.

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