En Los Planazos colapsan por aguas negras

Los vecinos viven entre malos olores y sin baños, ya que el colapso de las cloacas los llevó a cerrar el paso de agua. Desde noviembre esperan por respuestas de Hidrolago. En los últimos meses cerca de siete familias abandonaron sus casas porque se hizo “insoportable” vivir entre excremento y hedores enfermizos

Una red de tuberías dañadas afecta al menos 40 casas de la calle 73 del barrio 24 de septiembre, en el sector Los Planazos de Maracaibo. Desde noviembre un continuo bote de aguas negras en la calle y dentro de las viviendas afecta la calidad de vida de los vecinos y los obligó a adoptar prácticas “infrahumanas”.

Luisa Peñaranda, vecina afectada, explicó que el problema inició en julio, tras acudir a la oficina de Hidrolago y hacer una gestión interna lograron que una cuadrilla acudiera en octubre y destapara el colector, pero solo unas semanas después las cloacas reventaron de nuevo y el problema se agudizó.

A lo largo de la calle se visualizan siete alcantarillas que borbotean agua verdosa y con olor a excremento. El hedor a contaminación penetra dentro de los hogares. Cuando el servicio de agua llega a la zona, el río del líquido se estaciona dentro de las casas y enferma a niños y ancianos. Carlota Quintero, ama de casa, lamentó que las plagas vivan dentro y fuera de sus hogares. En su caso, el agua entró hasta los cuartos la semana pasada y desde entonces padecen alergias. 

Sin respuesta 

La familia de Erin Villalobos, cuenta con siete niños pequeños. Desde que las cloacas colapsaron, los baños quedaron inutilizables y para evitar los derrames internos “condenaron” el paso del agua. Abren huecos en el patio para que los pequeños hagan sus necesidades fisiológicas, mientras que los adultos corren hacia los baños de familiares en barrios aledaños.

Andolimar Amaya, comerciante, detalló que todos los días llaman a Hidrolago y en los últimos meses fueron a la oficina seis veces y en todas las ocasiones les entregaron un documento firmado y sellado por el departamento de dirección, pero las cuadrillas no aparecen para dar asistencia. La ultima “excusa” que recibieron colmó su paciencia: “No hay conductos para sustituir los metros de colector dañado por el paso de los años”.

En los últimos meses cerca de siete familias abandonaron sus casas porque se hizo “insoportable” vivir entre excremento y hedores enfermizos. José Villalobos, obrero, comentó que para tratar de drenar el agua de las casas algunos vecinos rompieron las bocas de visita y dejaron los montones de tierra a un lado de la calle. Lograron su cometido, pero aún no pueden usar sus baños. “Esto no es vida, queremos que las autoridades vengan a resolver el problema, estamos dispuestos a pagar por los tubos si es necesario, pero que vengan. Estamos desesperados”. 

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