En la parroquia Santa Lucía al menos una decena de niños se encuentra en estado de salud crítica y sus familiares aseguran no contar con los recursos que en un hospital “exigen” para ser atendidos
Al menos una decena de niños en la parroquia Santa Lucía, de Maracaibo, son víctima de diferentes enfermedades que afectan y ponen en riesgo su salud.
Yerlin Paz, habitante de la parroquia luciteña, tiene cuatro hijos de los cuales tres están enfermos con neumonía, con tan solo 10 meses de nacida su hija menor está en estado delicado, puesto que no recibe el tratamiento adecuado por falta de recursos.
La señora Paz, quien también está enferma, comentó que hace una semana llevó a su bebé en condiciones de salud “crítica” por la neumonía al Hospital Coromoto y le negaron la atención correcta.
“Fui para el Hospital Coromoto y vieron los exámenes que le hice a mi bebé, me dijeron que tenía neumonía y debía ser hospitalizada urgente, pero que debía ir a otro sitio porque ellos no podían hospitalizarla. No les duele el padecimiento de los niños”.
La progenitora preocupada por la salud de sus hijos alegó sentir miedo de que empeoren. “Se estaban recuperando con la ayuda de los vecinos, quienes me aportaron algunos medicamentos, pero “recayeron” porque ya no hay medicinas.
Noslin Rincón, quien también habita en la parroquia tiene dos hijos; uno con gripe y el mayor de tan solo nueve años tiene hepatitis y asegura que lo llevó para dos hospitales, pero no recibe atención porque “no hay nada”.
“Los he llevado para dos hospitales y me he regresado con mi hijo igual de enfermo porque no lo atienden porque no hay nada. Todo me lo mandan a comprar hasta los guantes para examinarlo y yo no tengo recursos solo ruego a Dios para que mis niños se mejoren”.
Las enfermedades que se registran en la histórica y cultural parroquia Santa Lucía son: hepatitis, erosiones en la piel, neumonía y enfermedades estomacales.
Otras de las familias afectadas en la región es la de la señora Sol Jaramillo, quien asegura que de siete personas que viven en su casa, tres están enfermas.
“De los tres enfermos el menor que es mi hijo tiene síndrome de Down y padece de hepatitis. No hay medicinas, la Alcaldía debería de prestarnos asistencia médica porque somos humildes y un medicamento cuesta hasta cinco sueldos”.
El agua sucia, un mal que angustia
Para los vecinos de los sectores luciteños, el mal que genera algunas de las enfermedades en los niños y también a adultos es “lo sucia y mal tratada que llega y eso cuando llega el agua por tubería”.
Gloria Silvestre asegura que “desde que está llegando el agua marrón, los niños se enferman del estómago, de la piel, de hepatitis, el agua sucia nos está matando”.
La nieta de Gloria tiene la piel enferma, sus pies y manos están llenas de escabiosis, y a su hermano de 10 años no lo deja dormir la tos. Los tratamientos de la piel y los expectorantes son incomprables, asegura la abuela.
Otros de los problemas que enfrentan los vecinos de la localidad es que la infraestructura de sus hogares se derrumba por la antigüedad y ponen en riesgo la vida de muchos.
Los vecinos hacen un llamado de atención a las autoridades para que les garanticen la atención médica adecuada y resuelvan el problema del suministro de agua, pero “limpia y potable”.