Residentes de la urbanización ubicada en el norte de Maracaibo piden a las autoridades resolver los graves problemas que tienen con los botes de aguas negras
A poco menos de un mes para que termine el año, en las calles de San Jacinto, parroquia Juana de Ávila, en el norte de Maracaibo, aún prevalecen los huecos y los botes de aguas negras.
La falta de mantenimiento de los sistemas de drenajes ha hecho que en la mayoría de los sectores de la populosa urbanización las aguas residuales se desborden causando destrozos en sus calles y avenidas, además de los malos olores y las enfermedades con los que tienen que lidiar.
La entrada principal es una radiografía de las malas condiciones en las que se encuentra la vialidad en la zona, según reporta el periodista Jonathan Núñez, vecino del sector, en su cuenta en Instagram.
“Esa era la entrada principal de San Jacinto, pero por lo dañada que está la carretera ya nadie quiere pasar por ahí. Eso tiene tanto tiempo en el abandono que hasta matas han crecido en el medio de la vía, dificultando todavía más el paso por ahí”, comentó Rafael León, residente de la comunidad.
“Los que vivimos en esta zona necesitamos que la Alcaldía o la Gobernación rehabiliten la carretera que está en la entrada principal, asfaltándola, colocándole el demarcado y la iluminación, porque eso va a facilitar el acceso y circulación vehicular a este sector”, enfatizó León.
Huecos de gran profundidad, como el que se encuentra frente al Club Gallego, situado en la avenida Guajira, al lado del colegio Santa Mariana de Jesús, constituyen un peligro constante.
Un carro cayó en ese hueco la noche de pasado viernes 4 de noviembre. Gran parte del auto quedó dentro del inmenso hoyo que estaba inundado por las fuertes lluvias.
Un pino creció en un cráter
En el centro de la vía entre los sectores 3 y 4 de la urbanización se ubica un “cráter” en el que creció hasta un pino que sirve de advertencia a los vecinos sobre el peligro que corren al andar por ahí, según reporta el periodista Jonathan Núñez, vecino del sector, en su cuenta en Instagram.
Al transitar hacia el sector 8, justo en la calle 2, en la entrada del colegio Eduardo Pérez los conductores deben disminuir la velocidad para evitar caer en un hueco inmenso rebosante de aguas negras que hay en toda la vía.
Igual ocurre en las calles 4 y 5 del sector 10, donde si las autoridades siguen haciendo caso omiso de la problemática las aguas residuales se destrozará la poca buena vialidad que queda en la zona.
“El problema de los botes de aguas negras lo tenemos desde hace más de nueve meses y aunque las autoridades tienen conocimiento de la situación no han hecho nada. Estamos desesperados”, afirmó a la fuente una de las afectadas.
“La esquina del terror”
El río de aguas putrefactas que emana de la vereda 2, en el sector 10, tiene socavada la avenida 5. Algunos vecinos llaman “La Esquina del Terror” ese cruce, por la cantidad de vehículos que se han accidentado ahí, reseña también Núñez.
“Ya por ahí yo no me meto, porque he visto que varios carros se han quedado hundidos en esos huecos. Esa vía está muy mala”, dijo Rubén Gómez, habitante de la populosa urbanización.
Por su parte, Arturo Almarza, otro de los afectados, pregunta: “¿Cuántos carros más se tienen que accidentar?, ¿será que están esperando que las aguas negras hundan la calle para venir a hacer algo? No puede ser que vayamos a pasar diciembre con esas aguas de porquería entrando a nuestras casas”.
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