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Las conversaciones con mediadores no dan frutos para iniciar un diálogo entre el Gobierno y la oposición. El primero exige que no le pongan condicionamientos, y el segundo asegura que no negociará el referendo, los presos políticos ni la institucionalidad de los poderes públicos. Mientras, la mediación internacional persiste con una credibilidad cuestionada, y los venezolanos pasan por el peor desabastecimiento en la historia del país.
El analista Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, afirma que es incorrecto hablar de diálogo. A su juicio, lo que se requiere es una negociación política, donde cada bando tenga que sacrificar algo.
“El diálogo no es suficiente. En el caso venezolano es indispensable una negociación política en la que todas las partes hagan acuerdos concretos, garantes de buena fe para resolver problemas. Todos tienen que sacrificar algo”, dijo Léon en entrevista telefónica con La Verdad.
Señaló que el Gobierno quiere conversar para proyectar una imagen conciliadora y porque corre el riesgo de “un país destruido económicamente que pudiera estallar desde el punto de vista social”.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) quiere acordar presionando sobre acuerdos concretos, indicó el analista, aunque alertó: “La oposición cree que puede conseguir el referendo sin negociar. Cuando se dé cuenta que el control institucional del Estado es total y que si se queda como está pudiera no obtener el referendo, ni ningún otro cambio en Venezuela, entonces puede darse cuenta que es indispensable negociar”.
Divisiones
Recalcó que las divisiones y los radicalismos internos, tanto en el PSUV como en la Unidad, son unos de los principales obstáculos para esta negociación. Según León, en los dos grupos hay quienes consideran que es una debilidad sentarse con el otro. “El hecho de que ambos bandos expongan sus posiciones extremas da a entender que no están dispuestos a ceder en elementos fundamentales”.
Subrayó que otro impedimento es que no todos están claros en lo que tienen que negociar, esto sin contar los intereses particulares, de parte y parte, de liderar sus propios grupos o hasta el país. Si no cambian, difícilmente podrá darse el diálogo.
Luis Salamanca, politólogo, aseguró que el principal impedimento es la posición del Gobierno que “solo está en un juego de disimulos” para una apariencia pacificadora.
“El gobierno cree que puede salirse con la suya, mantenerse en el poder y ganarlo todo sin arriesgar nada. Mientras pueda controlar a las instituciones y manipular a la oposición, no tiene nada que dialogar”, dijo a La Verdad. Aseguró que en estas condiciones, no podrá darse un encuentro.