Wilmary
Para que no se escape, para que no se vaya a la calle le repitió un centenar de veces Wilmary Ferrer, de 30 años, a los funcionarios de Polisur. En sus declaraciones justificaba por qué amarraba a su hijo, de ocho años, al piso de su casa.
Un vecino se enteró de la situación del niño, buscó el momento en el que Ferrer lo amarraba y denunció en la sede de la Policía municipal de San Francisco. Una comisión se acercó hasta la residencia 96, en la calle 22 con avenida 9 del barrio Ma’ Vieja, parroquia San Francisco. Corroboraron con detalles la denuncia y aprehendieron a la madre de la víctima, reseñó, en una nota de prensa, el cuerpo de seguridad.
Osman Cardozo, director de Polisur, acotó que al pequeño lo hallaron atado con una fuerte cadena, la cual estaba sujetada por dos candados. El metal presionaba las extremidades del niño.
Al niño lo trasladaron a un centro de salud para que recibiera atención médica, mientras que a su madre la llevaron en una patrulla hasta los calabozos del cuerpo de seguridad, en Sierra Maestra.
La custodia de la víctima y el caso quedó en manos del Consejo de Protección para el Niño y el adolescente. A Ferrer la presentarán en las próximas horas en tribunales por el delito de maltrato infantil.