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Daniel Gregorio Valero Sarcos, de 27 años, esperó que fuesen las 3.00 de la madrugada para saltarse la cerca y entrar a robar a una residencia del barrio María Angélica Lusinchi con el “Gordo” y el “Negrito”. Los dueños al ver a los extraños se alzaron y lincharon a uno. Los otros dos se escaparon.
El trío de vándalos, que vive en el barrio, se enteró que la familia de esa casa estaba de viaje y planificaron robarla. Ayer en la madrugada se saltaron la cerca de alambres y palos. Rompieron una de las ventanas de vidrio de un costado que no posee protección de hierro y por allí ingresaron. Revisaron cada habitación y sacaron un televisor, unas prendas, una planta de sonido y una licuadora. Todo lo escondieron en la casa del “Gordo”.
Cuando ya se marchaban de la residencia llegaron los dueños y los agarraron in fraganti. Estos enardecidos se abalanzaron sobre los delincuentes, pero solo lograron agarrar a Daniel, pues sus compinches se fugaron.
Con Valero descargaron su ira. A este lo golpearon hasta que se cansaron, lo ahorcaron con un mecate y le rociaron gasolina. La comunidad al escuchar el escándalo salió a averiguar y al ver que golpeaban al muchacho avisaron a su familia.
Lisbeth Martínez, tras recibir la alerta, corrió hasta la calle 104 con calle 73 y allí encontró a su hermano malherido. Impidió que la gente lo siguiera agrediendo y lo levantó con ayuda de otros parientes. Lo subieron a un carro y lo trasladaron hasta la emergencia del Hospital General del Sur, donde murió ocho horas después.
Los Valero al recibir la noticia a las 10.30 de la mañana, de que su familiar había fallecido, se aproximaron hasta la sede de la Policía científica para denunciar.
Cuatro detectives buscaron sus instrumentos de trabajo y junto a los familiares de la víctima se embarcaron en una camioneta y fueron hasta la barriada. Allí detuvieron a tres sospechosos. Las investigaciones apenas comienzan.