Las aguas residuales inundan la vereda 1, del sector 17, desde el 23 de diciembre de 2020. Residentes denuncian que ya se filtran y empozan en sus casas
Unas 12 viviendas viven entre aguas negras en la urbanización San Jacinto, parroquia Juana de Ávila, en el norte de Maracaibo, desde hace tres años.
Los residentes de las casas ubicadas en la calle 7, vereda 1, del sector 17, denunciaron que padecen esta dantesca situación desde el 23 de diciembre de 2020, sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta de parte de las autoridades.
Aseguraron los integrantes de las 12 familias afectadas que inmediatamente que las aguas residuales inundaron la vereda acudieron a la Hidrológica del Lago (Hidrolago) a denunciar el problema, y que la hidrológica envió a una cuadrilla al lugar y determinó que el problema se debía a la ruptura del colector.
“Los de Hidrolago vinieron y nos dijeron que ellos no tenían presupuesto para sustitución de colectores, que ellos solo hacen trabajos de gran magnitud, que reportáramos el caso por la aplicación VenApp del Gobierno y que lleváramos el caso a la Alcaldía de Maracaibo”, señaló Ivy Ugueto, residente de la zona, al periodista Jonathan Núñez, publica en su cuenta en Instagram.
Los vecinos hicieron, el pasado 13 de mayo, el reporte a través de VenApp, que le asignó el número SP-1736319. Sin embargo, dos meses después de cumplir con este requisito no han recibido respuesta.
Contaron, además, que el alcalde Rafael Ramírez visitó el lugar en enero de 2022 y prometió solucionar el problema en 20 días, pero luego de más de un año de esa declaración las 12 familias siguen inundadas por las aguas servidas, que ya se filtran y empozan en sus viviendas.
“Aquí ha venido todo el mundo: Hidrolago, el alcalde Rafael Ramírez, el concejal Daniel Ponne y José Javier Barbosa, diputado del Consejo Legislativo del estado Zulia, prometen que van a arreglar este desastre, se sacan fotos, pero ninguno ha resuelto nada”, denunció también Ugueto al periodista, quien se desempeña como abogada.
Añadió que el río de aguas negras que tiene más de dos años circulando por la vereda 1 y que se extiende por la plaza, donde también se encuentra el colegio José Enrique Arreaza, se ha convertido en un criadero de gusanos, moscas, ratas, zancudos y olores fétidos que afectan severamente la salud de todos los que viven en el área.
“Tengo una vecina que es paciente oncológica y se tuvo que ir de su casa hasta por tres meses porque le dio una tos, alergia en la piel y estuvo muy mal debido a las aguas negras. La gente se está enfermando, porque lo que tenemos aquí ya es un problema de salud pública”, detalló, angustiada, Ugueto.
No usan los baños
Núñez reportó, además, que los baños de las viviendas que están en los alrededores por donde brotan las aguas residuales no son usados por sus dueños hace años. “Ellos a diario tienen que ir a los hogares de sus familiares en otros sectores para poder hacer sus necesidades”.
“Esto es un desastre, ya no podemos usar ni los baños, no podemos compartir entre vecinos ni estar en el frente de nuestras casas ni en la plaza porque todo está lleno de porquería de esa”, puntualizó otro de los habitantes perjudicados por esta situación que requiere la atención inmediata de las autoridades gubernamentales.
Insistió: “Aquí nos urge que el alcalde, el gobernador o Hidrolago vengan y sustituyan el colector para que este caos que vivimos se solucione”.
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