Hace seis meses el supervisor estuvo junto a la Guardia Nacional en el arresto de varias personas, quienes trasladaban en una gandola tubos de perforación hasta La Concepción, municipio Jesús Enrique Lossada. “Entre los presos habían empleados de PDVSA”, recordaron los familiares
Los familiares de Ríchard Rafael Guerra Castillo, de 40 años y supervisor general de Prevención y Control de Pérdidas (PCP)-PDVSA, arribaron hasta las instalaciones de la morgue forense de Maracaibo para retirar su cuerpo.
Allí, entre llanto y expresiones de rabia y dolor, explicaron que Guerra solicitó su traslado de Petroboscán a Carrasquero por presentar problemas con varios compañeros. “Nunca nos quiso decir exactamente por qué fue el problema, solo nos dijo que se lo reservaba por nuestra propia seguridad. Nos dijo que si le llegaba a pasar algo, ellos serían los responsables”.
Jimmy Martínez, hijo de crianza de la víctima, describió al occiso como un hombre honesto. “Era muy meticuloso. Le gustaban las cosas bien hechas”.
Hace seis meses el supervisor estuvo junto a la Guardia Nacional en el arresto de varias personas, quienes trasladaban en una gandola tubos de perforación hasta La Concepción, municipio Jesús Enrique Lossada. “Entre los presos habían empleados de PDVSA”, recordaron los familiares.
El homicidio
Recordaron que su pariente salió el pasado sábado en la tarde de su casa en compañía de su esposa y sobrino de dos años. Su primera parada fue en una farmacia, donde dejó a su pareja. “De ahí fue a lavar la camioneta”, comentó Martínez.
La víctima, quien se desplazaba en su camioneta Súper Duty blanca, placas A97DA9A, prefirió dar dos vueltas antes de llegar a su casa en la avenida 11 con calle 11, del sector Sierra Maestra, municipio San Francisco, cuando fue interceptado por los sicarios, quienes iban en un Daewoo Cielo negro, desde cual detonaron la ráfaga de disparos. “Él se metió al bebé entre las piernas para que no le pasara nada, él recibió todos los impactos”.
Al recibir los proyectiles, Guerra chocó de frente a una casa. “Choca y queda con su mano tendida donde estaba el bebé”. Los testigos se acercaron hasta el vehículo y auxiliaron al pequeño, quien quedó manchado por la sangre de su tío.