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En la línea de carritos por puesto San Francisco los abusos son cotidianos, los choferes hacen “lo que les da la gana” y “atracan” con el precio del pasaje. Igual suceden con otras rutas como Sabaneta, Veritas, Belloso, Bella Vista, La Limpia y Circunvalación 2.
El tabulador desapareció de las unidades, particularmente, cada profesional del volante cobra el pasaje a su conveniencia, pocos, a lo establecido por la ley. Los usuarios olvidaron el costo real, pagan el doble o hasta el triple. María Rodríguez pagó el pasaje la semana pasada en tres mil bolívares, este martes le exigieron cinco mil bolívares. Cuando pregunto él porque del “exabrupto”, el conductor argumento las colas “interminables” en las estaciones de servicio. Durante todo el trayecto, no paro de señalarle el caos cada vez que transitaban frente a las bombas.
“Ninguna autoridad les pone reparo”, dicen los habitantes sureños que están “hartos y arruinados”. El cumplimiento de la ruta San Francisco, que inicia en El Bajo y finaliza en La Libertador, tampoco es acatado, pasan de largo y llegan hasta Ciudad Chinita. En promedio, un usuario de la línea San Francisco gasta 120 mil bolívares mensuales en pasajes, que equivalen al 68 por ciento de su salario mínimo.
Lo mismo sucede con otras líneas, que no “quieren llegar al centro” y dejan a los pasajeros en las inmediaciones, para que terminen el recorrido a pie. O en las rutas largas, que los transportistas fraccionan en tramos cortos para obtener mayores dividendos. Ayer, un pasaje largo se cotizó hasta en siete mil bolívares.