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Los panaderos artesanales que están fuera del acuerdo suscrito entre el Consejo Popular de Panaderías y Pastelerías del estado Zulia y la Gobernación del Zulia, para el suministro de harina de trigo de Monaca, los invade el “nerviosismo porque no se consigue harina”, manifiesta un grupo de preparadores del pan en Maracaibo.
Los afectados explican que los distribuidores no despachan a los pequeños negocios y en “los nolinos no abren códigos” para comprar la harina de trigo panadera directamente de las plantas. Su trabajo se sostiene de la importación de materia prima colombiana.
Manteca y trigo colombiano ingresan a Maracaibo por la comercialización de intermediarios, lo que impulsó el saco en una banda de precio de 30 mil a 35 mil bolívares. La grasa se ofrece entre 23 mil y 25 mil bolívares.
Los comerciantes indígenas tienen el negocio del abastecimiento. Son los mismos que manejan la colocación de harina de maíz precocida. La que se expende en los puestos informales de La Curva de Molina, Las Pulgas, Las Playitas.
El sector de pequeños panaderos asegura que en Colombia ya se adelantan controles para impedir el paso de materia prima. “Estamos nerviosos si no conseguimos el producto en Venezuela porque no van a traer de la frontera y Monaca no nos da, vamos a tener que cerrar”.
El ministro de Alimentación anunció en la segunda semana de abril el arribo de un barco con trigo para la producción nacional. Sectores privados alertaron que no sería suficiente para cubrir la demanda de la industria.
Mientras, los consumidores sienten el efecto de las fallas de pan. En las panaderías formales y artesanales el precio de la pieza pasó de 35 a 45 bolívares. Aumenta de precio luego de estabilizar y retroceder. En marzo tocó los 100 bolívares. Retrocedió tras la presión de la oferta de harina en el mercado.