
La entrada al país de artículos agrícolas sin declarar pueden suponer una multa de hasta 10.000 dólares
Comprar un alimento tan básico como el huevo se ha vuelto muy caro en Estados Unidos. Detrás del aumento de precios está la gripe aviar que asola al país norteamericano desde el pasado febrero y que se ha extendido por 46 estados matando a más de 44 millones de gallinas.
Otro motivo es la guerra en Ucrania, un país considerado el granero más importante de Europa que también suministraba grandes cantidades de cereales para alimentar a las gallinas estadounidenses.
Además, la presión inflacionaria (que también ha aumentado los precios del empaquetado y el combustible para el traslado y reparto de los huevos) y los obstáculos con los que todavía lidian las cadenas de suministro herencia de la pandemia, agravan aún más el problema que repercute directamente en el bolsillo de los consumidores (que ahora pagan casi $ 10 en algunas localidades fronterizas por un cartón de 12 huevos), el mercado y en la alimentación de los más desfavorecidos.
Tráfico de huevos en la frontera con México
En los últimos meses el huevo crudo se ha convertido en objeto de contrabando en la frontera con México. Es el efecto del rápido y sostenido aumento del precio de este alimento en Estados Unidos desde el pasado noviembre.
“Estamos viendo un aumento en las personas que intentan cruzar huevos de Juárez (México) a El Paso (Texas) porque son significativamente menos costosos en México que en los EE. UU. Esto también está ocurriendo con mayor frecuencia en otros lugares de la frontera suroeste”, explica a France 24 el especialista Roger Maier, encargado de comunicación de U.S. Custom and Border Portection en El Paso (Texas).
Un cartón de 30 huevos en Juárez (México) cuesta 3,40 dólares según Border Report, mientras que la docena de huevos en los supermercados de localidades fronterizas ronda ya los 10 dólares.
Las autoridades advierten que la hazaña podría salir cara porque la entrada al país de artículos agrícolas sin declarar puede suponer una multa de hasta 10.000 dólares, informó France 24.
En la mayoría de los casos, los viajeros acaban declarando que llevan huevos y se les perdona la multa, pero eso sí, el producto se queda en la frontera. Otros, sin embargo, tratan de esconderlos y acaban pagando $ 300 de penalización, además de renunciar a la mercancía. Solo entre diciembre y enero se recogieron 120 kilos de huevo en el puerto de entrada de San Luis, donde las incautaciones se han disparado en más de un 100 %.
Cambio de menús
El fenómeno se extiende por el país y afecta a los más desfavorecidos, una situación que conoce de primera mano el chef ejecutivo Rafael de Palma, encargado del servicio de comidas en la asociación sin ánimo de lucro The Mission Bowery. “Por supuesto que lo hemos notado”, explica a France 24. “Ayer teníamos que haber recibido 180.000 huevos, pero solo recibimos 120 de uno de nuestros donantes en Pensilvania”.
La falta de este alimento básico y fundamental ha llevado a Rafael a tener que cambiar su menú. “Si lo ves bien -dice apuntando a una enorme pizarra en la pared donde se recoge el menú de la semana- hay huevos cocidos el martes, y hacemos huevos revueltos el domingo. Solíamos cocinar huevos 3 veces a la semana, pero ahora hemos tenido que recortar porque tenemos que asegurarnos que todos nuestros centros tienen huevos”.
Rafael se refiere a los otros tres centros que dependen de ellos y con los que tienen que compartir cada día la comida que reciben de donantes, o que tienen que comprar, porque al disminuir las donaciones, toca utilizar el dinero del propio bolsillo. “Ayer tuve que comprar huevos y gastamos $ 340, que se podían haber utilizado en otra cosa para ayudar a las personas que vienen hasta aquí”.
Ante la falta del ingrediente estrella, Rafael y su equipo compensan con otros alimentos que sigan aportando la proteína necesaria a las personas sin refugio que pasan cada día por aquí a desayunar, comer o cenar. “Estoy preparando algo que no había probado antes, oatmeal con mermelada y crema de maní”. Otra de las bandejas lista para servirse en el desayuno lleva una buena ración de tocineta, alimento menos sano, pero más económico y sobre todo disponible en el mercado.
“Tuve con conducir varios kilómetros para conseguir huevos para mi restaurante”
Los supermercados también están notando la falta de huevos, y muchos han incrementado sus precios hasta llegar a pedir $ 8,60 por una caja de 12 huevos en ciudades como Nueva York.
Los que están teniendo más problemas son los restaurantes que necesitan comprar grandes cantidades. No olvidemos que, en Estados Unidos, el huevo es ingrediente estrella. Por eso, Benjamin Shu, propietario de Between the Bagel, un local de moda en el barrio de Queens famoso por sus brunch, lo incluye en la mayoría de sus sándwiches con bagel. “Es el centro de nuestro negocio. Hace unos días lo pasamos realmente mal porque no había en ningún sitio”, cuenta Benjamin. “Tuve que conducir a diferentes lugares en Long Island, Upstate NY, solo para encontrar huevos”.
Cuando los encontró, Benjamin compró suficiente cantidad para resistir algunas semanas más. “Porque no solo es alimento en sí, también lo usamos para cocinar otros platos del menú”.
La situación ha llegado a tal punto que a finales de febrero subirá los precios de su restaurante, porque los expertos coinciden en que todavía habrá que esperar varios meses hasta que se estabilicen los precios.
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