Varias organizaciones humanitarias describen a los norcoreanos como esclavos y rehenes. ‘Día libre’ es un concepto desconocido para ellos. Pasan las 24 horas del día bajo vigilancia. Carecen de derechos. . El régimen de Pyongyang abusa de ellos, exactamente igual que quienes los emplean en el extranjero
El fútbol es uno de mis deportes favoritos. Crecí jugando béisbol, practicando boxeo y corriendo detrás de un balón de fútbol. Mi carrera en el balompié naufragó temprano, a consecuencia de un patadón en la rótula derecha, no obstante, siempre me mantengo pendiente de este deporte. Fue así como, revisando los espacios que albergarán la fiesta de la FIFA, Rusia 2018, me topé con la información de que el estadio más costoso del planeta, fue construido por “esclavos contemporáneos”.
Una investigación de la revista noruega Josimar, pone al descubierto una trama que mezcla corrupción y esclavitud en la construcción del estadio Zenit Arena de San Petersburgo. La citada investigación comprobó cómo al menos 110 ciudadanos norcoreanos han trabajado en las obras de este estadio sufriendo violaciones a sus derechos humanos. “Los norcoreanos son como robots. Trabajan desde las siete de la mañana hasta la medianoche. Salen a trabajar al extranjero son cuidadosamente seleccionados: deben ser hombres adultos, casados y tener hijos. Deben pagar 700 dólares para salir del país y el mecanismo para garantizar su retorno es confiscando sus pasaportes. Otra medida de presión para que no deserten es: amenazarlos que si se quedan en el extranjero, sus familias serán castigadas duramente.
El empleo de norcoreanos despierta controversias en la comunidad internacional. Varias organizaciones humanitarias los describen como esclavos y rehenes. ‘Día libre’ es un concepto desconocido para ellos. Pasan las 24 horas del día bajo vigilancia. Carecen de derechos. El régimen de Pyongyang abusa de ellos, exactamente igual que quienes los emplean en el extranjero. Para la mayoría de norcoreanos, es casi imposible salir del país. “Nos tratan como a perros”. La frase es de uno de los 150 mil norcoreanos que se “estima que trabajan para el régimen en el extranjero”.
Uno podría pensar que en los tiempos actuales la esclavitud ha sido superada pero cuando se encuentra con hechos como estos, se da cuenta que la servidumbre forzada solo ha mutado sus características. La trata de seres humanos, el chantaje económico y social que aplican algunos gobiernos, la persecución por motivos políticos y la servidumbre por deudas, son sólo algunos ejemplos. Pero esto no significa que estas aberraciones sean inevitables. Un esfuerzo coordinado de la ONU con activistas en todo el mundo puede poner fin a todas las causas de esclavitud moderna.