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El presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, Roberto Rivas, dijo que esperan que la delegación de la OEA que estuvo en el país para analizar con invitados del gobierno de Daniel Ortega las elecciones generales desarrolladas este domingo, informe “lo que realmente ocurrió”.
“Esperamos que se lleven una impresión de lo que realmente ocurrió el día de ayer”, dijo el funcionario electoral, al leer el último informe sobre los resultados, que otorgaron a Ortega una amplia victoria con el 72,5 % de votos, esta vez junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.
La delegación de la OEA, que estuvo en Nicaragua, un día antes de las elecciones generales, no brindó declaraciones sobre ese proceso electoral.
La misión de la OEA, según la agenda, se reunió con expertos y organizaciones convocadas por el Gobierno y el CSE, como parte de un diálogo recientemente anunciado entre ambas partes.
La OEA, con sede en Washington, publicó recién un acuerdo firmado entre el Gobierno de Nicaragua y la Secretaría General el pasado 15 de octubre, para establecer un diálogo con el fin de analizar los comicios, en los que el presidente Ortega consiguió su cuarto mandato y tercero consecutivo.
El organismo hemisférico dijo que entregó al Gobierno de Nicaragua un informe valorativo del secretario general, Luis Almagro, sobre el proceso electoral, un documento que no se ha hecho público ni reseñado su contenido.
AGREGADO
EEUU, preocupado
Estados Unidos se mostró “profundamente preocupado” porque los “fallos” del proceso electoral en Nicaragua “imposibilitaron unas elecciones libres y justas” el domingo pasado. “Antes de las elecciones, el Gobierno de Nicaragua dejó fuera a candidatos opositores a la Presidencia, limitó la observación nacional en los centros de votación y el acceso a las credenciales de voto, y tomó otras medidas para negar espacio democrático en el proceso”, indicó hoy el portavoz adjunto del Departamento de Estado Mark Toner en un comunicado. “La decisión del Gobierno de Nicaragua de no invitar a observadores electorales internacionales e independientes degradó aún más la legitimidad de las elecciones.