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La estirpe mandataria castrense es totalitarista, se constituye de jerarquías que manejan una cadena de subordinación, donde solo se acata y se cumple por imposición, la orden del mandamás o máximo jefe. Tienen en su haber comparar o llamar gallinas a súbditos del pueblo que le sigue, siendo estos seguidores los opositores, quienes se dejan influenciar por el terror, el sometimiento y dependen de sus controles.
No está claro por qué Arias Cárdenas en una campaña electoral llamó “gallina” a Chávez a quien tildó de megalómano ante Marcel Granier (Radio Caracas TV 2003), afirmando que este creía que estaba por encima del bien y del mal. Siendo embajador de Venezuela ante la ONU, acusó de delincuente al ministro del Interior Rodríguez Chacín, responsable de las muertes por protestas con francotiradores, y como autor intelectual al propio Chávez y que este, era un Presidente asesino manchado con la sangre de los venezolanos. Luego terminó abrazándose con él en un discurso (2012).
Juan Vicente Gómez, ante su edecán “Tarazona” espetó –tirando un puñado de granos a unas gallinas– “¡mira como corren las gallinas para acabar con los granos, así correrán los bachillercitos a acabar con el erario nacional si llegan a obtener la presidencia del país”.
Iósif Stalin, dictador soviético, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (1922 -1952) presidente del Consejo de Ministros de la Unión (1941-1953). En una reunión solicitó le trajeran una gallina. La agarró y empezó a desplumarla, esta desesperada de dolor intentó fugarse y no pudo. Stalin logró quitarle todas las plumas y dijo a sus acólitos: “Observen qué va a suceder”.
Bajó la gallina al piso y se alejó un poco de ella, agarró un puño de granos, de lo cual iba dispensando al ave dando vueltas en la sala, mientras sus séquitos observaban asombrados como maltratada y sangrando corría detrás del tirano persiguiéndole a todos lados.
Stalin miró a sus sorprendidos ayudantes y les dijo: Así de fácil se gobierna a los estúpidos, la gallina me persiguió a pesar del dolor que le causé. Así son la mayoría de los pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que le causan, por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días.
“Hay que temer a los estúpidos porque son muchos y pueden votar por uno más que ellos y hacerlo Presidente” (Proverbio)