Estado de decepción

Extraña sobremanera que nunca cuando acontece un hecho similar, para nada señalan a las guerrillas narcotraficantes y terroristas de las Farc y el ELN

Si analizamos todos los antecedentes previos a la decisión del régimen de Nicolás Maduro de decretar un Estado de excepción en el Táchira, cierre de la frontera, deportación de miles de colombianos que habitaban en las cercanías, la mayoría de ellos con hijos venezolanos, nacidos en esta misma tierra, no hay dudas que se trata de una medida traída por los pelos, totalmente política y al mismo tiempo innecesaria, porque la justificación de la misma, por el atentado donde salieron heridos tres efectivos de la  FAN, no justificaba una acción como la tomada por el Gobierno.

Extraña sobremanera que nunca cuando acontece un hecho similar, para nada señalan a las guerrillas narcotraficantes y terroristas de las Farc y el ELN, que son los irregulares realmente en armas en el vecino país y en la frontera venezolana, porque, que se sepa, los paramilitares fueron acabados durante el Gobierno de Uribe, la mayoría de sus líderes se entregaron y están siendo juzgados en los Estados Unidos por los delitos cometidos. El resto de los paramilitares, en realidad se encuentran en Venezuela y no son otros que los colectivos armados por el propio régimen para la defensa de la revolución, dotados de armas de largo alcance y de extremada potencia.

Maduro de alguna manera, pareciera haber tomado esta decisión que luce innecesaria y arbitraria, salida desde las vísceras y no del intelecto, para desvirtuar las afirmaciones que desde hace tiempo se vienen formulando por diferentes medios en torno a una presunta nacionalidad colombiana que lo inhabilitaría para ser Presidente, porque sus progenitores habrían nacido en el hermano país. No por casualidad, recientemente afirmó que sus ascendientes eran de origen holandés.

Pero mientras Maduro impone un Estado de excepción en el Táchira, y se presume que lo decretará a lo largo de toda la frontera de Colombia, incluido el Zulia y los estados llaneros limítrofes con la hermana república, prácticamente estaría decretando la suspensión de las parlamentarias del 6-D, como la única tabla de salvación que tiene el régimen de la aplastante derrota que le propinará el pueblo, porque los venezolanos le hemos decretado Estado de decepción general por la catástrofe ocasionada a Venezuela en estos años perdidos de revolución.

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