A consecuencia del bloqueo de una posible ayuda humanitaria emprendida por diferentes ONG mundiales en coordinación con varios países de Europa y América para Venezuela, estaríamos presenciando también una copia fiel del Holodomor ucraniano de los años 1933-1934
En una ocasión en una jornada de FILVEN el presidente Maduro tuvo la oportunidad de toparse dizque por casualidad con un libro del tirano Iosif Stalin, quien tuviera en su haber 40 años manteniendo a la Unión Soviética bajo un régimen de hambre y miseria. En tal oportunidad Maduro dijo que alguien le había dicho que se parecía a Stalin, él supuestamente no sabía por qué. Y continuó: “será por los bigotes”. No obstante, supongo, quien se lo dijo si sabía.
En relación a lo anterior, la más oscura, dramática y sangrienta historia; una historia para el espanto que se desarrolló en Ucrania (1932 y 1933) llamada Holodomor, de lo cual deberíamos recordar que Moscú logró que en apenas dos años, murieran entre seis y siete millones de ucranianos. Los nazis alemanes no lo lograron en tan poco tiempo pese a su genocidio industrializado. Fue más expeditiva la requisa de todo el cereal a los campesinos ucranianos, y el desempeño de una persecución y aislamiento total de los demás países de su periferia, para impedir la entrada de ayuda alimentaria.
Con motivos ideológicos, se trataba de imponer la colectivización de la agricultura a la que los campesinos del inmenso granero de la Europa oriental, se habían resistido en la década anterior. Para ello lanzó Stalin una guerra contra los “kulaks”, los campesinos propietarios, que en realidad fue contra toda la población. La hambruna devastó a la población rural y se extendió a las ciudades. Mientras millones morían, la Unión Soviética exportaba trigo.
Tal aseveración de similitud -señalada al principio- parece haber sido una premonición, o ¿sería más bien una declaración cínica de su voluntad diseñada para el futuro? Lo cierto es que a consecuencia del bloqueo de una posible ayuda humanitaria emprendida por diferentes ONG mundiales en coordinación con varios países de Europa y América para Venezuela, estaríamos presenciando también una copia fiel del Holodomor ucraniano de los años 1933-1934, donde el ejército rojo de Iosif Stalin, comandado por el general Caganov, diezmó una población de más de 10 millones de seres humanos, de hambre y ejecuciones, por oponerse a las expropiaciones y confiscaciones de sus granjas y cosechas, aunado al cierre de sus fronteras para dejar pasar alimentos, que enviaban parientes que habían huido del genocidio salinista al exterior de Ucrania.