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Yorgenis Antonio Ibáñez, de 15 años, no llegó ayer al salón de clases. Caminaba por la parroquia Santa Bárbara del municipio Colón cuando lo raptaron junto a un compañero. Su cadáver lo encontraron horas después frente al portón principal de la hacienda La Paz. Lo estrangularon con uno de los cordones de su morral.
La desaparición la reportó otro adolescente en el Hospital de Santa Bárbara de Zulia. El herido contó lo poco que sabía a los funcionarios y dijo el último punto donde vio con vida a Ibáñez, en la vía hacia Río Abajo. Esperaba atención médica. Antes de que los galenos lo examinaran desapareció del centro de salud.
Los funcionarios iniciaron el rastreo del adolescente. Lo encontraron boca arriba en el camellón. A simple vista no tenía heridas de bala. El cuerpo estaba rígido, por lo que se estima que lo mataron al menos 24 horas antes, parte del abdomen estaba quemado por el sol y no tenía documentos de identificación ni objetos de valor.
Al momento del crimen, el liceísta vestía una chemise amarilla con rayas negras y un mono azul. Los detectives presumen que lo asesinaron en otro lugar y ocultaron el cadáver entre el matorral. En el lugar no hubo testigos ni curiosos, los funcionarios montaron el cadáver en un ataúd y lo trasladaron a la morgue.
Por el crimen no se maneja una hipótesis completa. Los vecinos vinculan a los estudiantes con el robo de motocicletas, pero en las comandancias no habían denuncias en su contra. Los detectives buscan al único sobreviviente para aclarar los motivos del ataque.