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Las víctimas de la agresión oficialista a la marcha opositora que iba al Puente General Rafael Urdaneta, aún sufren las secuelas de las balas. Yurianni Paola Rodríguez Leiva (22), estudiante de la Unica que recibió un tiro que le entró en la pierna izquierda y le salió por el glúteo, está recluida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General del Sur (HGS) en Maracaibo, luego de que el tiro le afectara la arteria femoral. La joven, estudiante de Artes Visuales de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica), está en condiciones delicadas.
“Ayer mismo (miércoles) la operaron de emergencia porque perdió mucha sangre. Estuvo casi cinco horas en el quirófano. Ya nos pidieron 10 donantes. El director del hospital se ha portado muy bien, nos ha prestado la colaboración en todo. Gracias a Dios hemos contado con los insumos”, dijo visiblemente afectado, Hermes Rodríguez, padre de la muchacha, quien reside en la urbanización Altos del Sol Amada, de Maracaibo. Detalló que su hija tuvo que paralizar los estudios para ponerse a trabajar, pero que su meta es graduarse en la universidad.
“Rechazamos cualquier tipo de agresión. Ella no milita en ningún partido político, simplemente es una joven que decidió marchar por su país”, expuso uno de sus amigos, quien respaldó los testimonios de quienes señalan a grupos oficialistas de los CLAP, de Polisur y de la Alcaldía de San Francisco como los presuntos agresores.
Pedro Luis Medina (19), estudiante de Ingeniería Civil, recibió un balazo en el abdomen. Lo operaron de emergencia en el HGS. De manera extraoficial, se conoció que le cortaron aproximadamente cinco centímetros de intestinos. Lo remitieron a una clínica privada. Está fuera de peligro, pero delicado.
Jaider Alejandro Domínguez (23), estudiante del segundo semestre de Ingeniería en la Universidad del Zulia (LUZ) y militante del partido Primero Justicia (PJ), se recupera satisfactoriamente tras ser intervenido quirúrgicamente por un disparo en la muñeca izquierda. Está de alta médica, al igual que el resto de los lesionados que solo sufrieron contusiones por golpes y pedradas.
Padre Palmar
El padre José Palmar sigue hospitalizado tras la golpiza que recibió por parte de presuntos oficiales de Polisur. Está en una clínica privada, ya que según lo denunciado por José Luis Pirela, diputado de la AN, había una instrucción de acabar con su vida, si permanecía en el Hospital Dr. Noriega Trigo, donde en un principio estuvo recluido. El presbítero está estable, aunque adolorido. Permanece en vigilancia médica, ya que sufrió gran parte de los golpes en el abdomen, y él tiene antecedente de una operación de bypass gástrico. “Pide que oren por él y por los demás heridos”, dijo uno de sus familiares a este rotativo.