Ética del arribista

El problema del despotismo deriva de la incapacidad del déspota, de tolerar planteamientos diferentes a sus puntos de vista respecto a su gestión. Además, esta cualidad o característica, le vuelve desconfiado hasta el punto de la paranoia, por ese motivo, acude a la estrategia propagandística

Parafraseando a Simón Bolívar, cito: “Si mi muerte contribuye al cese de los partidos, bajaré tranquilo al sepulcro”. Interpretar esto determina, que el Libertador, antes que eliminar o desear acabar con la contienda política, deseaba que cesara el litigio estéril, el oportunismo y el arribismo político que existía ya en su época. Bolívar comprendió, aceptó y determinó que el concurso democrático, con todo y su debilidad es el mejor sistema de Gobierno, y para que haya concurso debe haber diferentes sectores (partidos) que propongan soluciones, contemplando el volumen de intereses y necesidades que debe manejar un colectivo. Bien sea, nación, país, Estado, pueblo, tribu, etc., para su mejor desenvolvimiento. 

El mejor Gobierno es aquel que otorga el mayor grado de felicidad a su pueblo. Los partidos son la representación del pueblo, los mismos deben mantener identidad, tanto ideológica, como ética y moral. El problema del despotismo deriva de la incapacidad del déspota, de tolerar planteamientos diferentes a sus puntos de vista respecto a su gestión. Además, esta cualidad o característica, le vuelve desconfiado hasta el punto de la paranoia, por ese motivo, acude a la estrategia propagandística, denunciando a un posible enemigo del colectivo -las más de las veces inventado- con lo cual se provee de un ejército (mercenarios)  y que para proteger a la ciudadanía del supuesto enemigo.

Aunado a esto, crea un nepotismo insolente, solapado en una burocracia exagerada para gerenciar empresas (expropiadas) y bajo su control. Por otro lado, esta red propagandística, adjunta a una suerte de advenedizos que se lucran con la promoción de una suerte de bondad gubernamental, descalificando totalmente a la oposición, a la cual concibe de enemigos y no como oposición, caso que con la disidencia se torna terrorífica y cruel. 

Eva Gollinger (uno de estos personajes advenedizos) quien en su emisión por RT -una emisora financiada con participación del Gobierno venezolano- se regodea con su discurso sofista al afirmar que las calamidades que pasan los pueblos gobernados por tiranos como Cuba, Venezuela, Corea del Norte, son culpa de otros, -como por ejemplo EEUU- y no de ellos. Mario Bunge la tildaría de poco ética. Toda una arribista. Así funciona la propaganda con sesgo nazi en gobiernos usurpadores y pro-fascistas.

Visited 2 times, 1 visit(s) today