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Un tsunami de incertidumbre envuelve a Anna Woydyla, trabajadora polaca de un restaurante en Londres, desde que Gran Bretaña votó en favor de dejar la Unión Europea.
¿Irán a ser aptos sus dos hijos adolescentes, que crecieron en Gran Bretaña, para préstamos universitarios del gobierno? ¿Ella y su esposo van a tener que vender la casa que acaban de comprar, luego de trabajar 11 años ahí? ¿Van a poder mantener sus trabajos? ¿Van a tener que irse del país? ¿Van a tener que solicitar la ciudadanía?
La polaca de 41 años es una de cientos de miles de trabajadores de la Unión Europea en Gran Bretaña que tienen miedo y están confundidos por lo que va a ocurrir, ahora que su país adoptivo comienza el largo proceso de romper lazos con Europa continental.
"Si se tratara solo de mí, podría hasta regresar a Polonia", dijo Woydyla, visiblemente tensa, en un restaurante italiano en el distrito de Camden, en Londres. "Pero mis hijos son más ingleses que polacos. Ya ni siquiera quieren ir a Polonia durante los feriados. Hasta se hablan en inglés".
Toda una clase de emprendedores cosmopolitas, trabajadores, estudiantes y gente luchadora, que ha adoptado a Gran Bretaña como su hogar desde que el gobierno abrió sus fronteras a sus vecinos de la UE, ahora ve su futuro en limbo. Los inmigrantes cambiaron el rostro de Gran Bretaña, convirtiendo al vecindario londinense de Kensington en un suburbio de París, cambiando tranquilos pueblos ingleses como Boston en zonas de gente de la región báltica, llenando los estantes de supermercados con cervezas polacas y salchichas Wiejska.
"No me imagino que es lo que va a pasar conmigo", dijo Andrea Cordaro, estudiante italiana de 21 años que comparó el shock que tuvo cuando escuchó el resultado del referendo con la corazonada de saber que desaprobaste un examen. "Voy a tener que seguir adelante y esperar lo mejor".
Laurence Borel, asesora francesa de mercadeo digital, no está esperando lo que va a pasar. En mayo pidió su pasaporte británico, después de vivir más de 15 años en el país. "Apuesto a que muchas personas están solicitando pasaportes", dijo, agregando que durante mucho tiempo pensó en sacar un pasaporte pero el referendo finalmente la hizo actuar.
En centros laborales y escuelas de todo el país, administradores han enviado mensajes electrónicos a empelados y estudiantes preocupados, asegurándoles que, por lo pronto, nada ha cambiado.
Los británicos votaron 52 % a 48 % el jueves a favor de poner fin a la membresía de 43 años del país en la Unión Europea.
Pero ningún país ha dejado la UE previamente, así que nadie sabe exactamente como se desarrollará el proceso. En algún momento, Gran Bretaña tendrá que notificar oficialmente al bloque de sus intenciones e iniciar una cuenta regresiva de dos años para negociar su salida. Mientras tanto, Gran Bretaña seguirá siendo miembro de la UE.
Choque sobre plazos
La Unión Europea quiere una pronta separación, pero Gran Bretaña está pidiendo más tiempo. Altos funcionarios europeos demandaron el sábado que el Reino Unido corte pronto sus lazos con el bloque de 28 naciones -un proceso que Londres dice no comenzará hasta dentro de unos meses- al tiempo que las repercusiones económicas y políticas del referendo británico comienzan a sentirse en el mundo.
"Existe una urgencia... para no tener un período de incertidumbre, con consecuencia financieras, consecuencias políticas", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault, en una reunión en Berlín de los seis países fundadores de la UE.
El jefe de la comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, advirtió que la separación "no es un divorcio amigable", pero hizo notar que la relación "no fue nunca un romance fuerte".
En contraste con el clamor de los funcionarios europeos, los líderes de la campaña del Brexit, que habían asegurado a los votantes que la UE ofrecería a Gran Bretaña términos favorables para una nueva relación, estaban mayormente silentes el sábado.
Los victoriosos defensores del Brexit en el referendo del jueves han dicho que no hay prisa en activar el Artículo 50 del tratado europeo de Lisboa, que iniciará un proceso de dos años para renegociar los lazos políticos, empresariales y comerciales entre Gran Bretaña y lo que será un bloque de 27 países.
El primer ministro británico David Cameron, que anunció su renuncia el viernes, dijo que será su sucesor, a elegir en octubre, quien debe iniciar el proceso.