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Las recientes lluvias aumentaron el caudal de los ríos, lo que enciende las alarmas nuevamente entre pobladores y productores agropecuarios del municipio Catatumbo y Colón por las filtraciones que presenta el muro de contención que nace en Santander, Colombia y que bordea el Sur del Lago, en 200 kilometros de extensión. El dique sirve de contención a las crecidas de los ríos Catatumbo, Chama, Escalante y Zulia. Las pérdidas que podría ocasionar el colapso son incalculables.
Al menos 660 mil hectáreas de tierra tipo uno, que representan 33 por ciento de las tierras de este tipo existentes en el país, corren peligro de quedar bajo el agua. Se estima que en 70 kilómetros del dique se está filtrando el agua desde el pasado jueves. El río Tarra y Zulia son los de mayor fuerza en su corriente, acción que podría ser devastadora en los próximos días por las condiciones meteorológicas que se avecinan.
Armando Chacín, representante gremial del sector productivo del país y actual presidente de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago de Maracaibo (Fegalago), calificó como “una realidad de decidia y abandono” la situación del muro. Insiste en que el dragado de los ríos debió hacerse “hace mucho tiempo” para retirar el sedimento, pero no fue así. “A pesar de que hay una draga en el río Escalante estacionada, las autoridades no hacen nada”.
Sin salida
Para los productores “lo único que queda” es levantar los muros y dar mantenimiento a las partes afectadas, pues asegura que la Gobernación del estado Zulia no se ha responsabilizado por cumplir los acuerdos asumidos. “Los trabajadores agropecuarios han asumido no solo la responsabilidad del dique, sino de lo que significaría un desbordamiento. Estamos haciendo un trabajo duro para seguir conteniendo el agua”.
En mayo se firmó un acuerdo entre la Gobernación del Zulia y Fundagade, en el que se establecieron los términos para la recuperación del muro. En una de las cláusulas se acordó que el aporte económico se haría entre los dos sectores, por lo que Fundagade dispuso de 20 millones de bolívares, provenientes de la subasta de reses, y la Gobernación aportó 10 millones. Actualmente los trabajos están paralizados, pues la Gobernación se retiró del proyecto dejando a los productores “abandonados”.
Para Chacín, “pareciera que el Gobierno quisiera que la situación colapsara para usar la desgracia de Catatumbo como pote de humo y tratar de tapar el problema económico y de alimentación que sucede en el país entero. Están jugando al caos”.