Cuando
Cuando un delito se comete con frecuencia y la impunidad está presente en todos los casos, pudiera suceder que para los ciudadanos se torne en una “situación normal”, lo cual es una aberración. También puede argumentarse que un delito ocurre con mayor o menor frecuencia en otras latitudes, por lo que se asume sin mayores análisis, que la situación local no están grave como se menciona, lo cual es una ligereza. Esto es lo que sucede en Venezuela con el tema de las falsificaciones, en especial de aquellas que, sin dejar de ser delito como todas, tiene un impacto mayor sobre todos los afectados. Voy a ilustrar esta afirmación con diversos ejemplos.
Más del 70 % de los medicamentos y demás productos relacionados con la salud que se ofrecen por internet son falsificaciones. Cualquiera puede diseñar una atractiva página web, incluir una dirección ficticia fuera del país y falsos testimonios de clientes satisfechos, para dar una apariencia de legalidad, seriedad y eficiencia. En una visita a un local comercial de una conocida cadena de suplementos vitamínicos, tras buscar infructuosamente cierto producto, la vendedora me ofreció la oferta de un lote que, aunque ya había cumplido su fecha de vencimiento según ella, aún funcionaba. No conforme con esto, sacó de un amplio bolso otras marcas a precios infinitamente más bajos, pero de una procedencia a todas luces dudosa. Ante la escasez imperante en el país, el contrabando de falsificaciones se multiplica e inunda el mercado de la salud con opciones que sencillamente no tienen utilidad alguna o peor aún, son dañinos para quien los consume. Pero no solo se trata de centros comerciales e Internet. En muchos mercados populares, quioscos y hasta en plena vía pública, venden medicamentos al detal los cuales tienen una altísima probabilidad de ser falsos. Conversando con los responsables de la seguridad de centros privados de salud, me informaban el haberse visto en la necesidad de elevar las medidas de control en sus inventarios, para evitar la sustitución de insumos originales por falsificaciones.
Hace una semana estuve en tres centros comerciales ubicados al este de la ciudad de Caracas, buscando la batería original de un teléfono inteligente de origen asiático. Me encontré con una serie de sorpresas. En primer lugar, los precios variaban entre los Bs. 4 mil y los Bs. 26 mil. Varios de los vendedores de locales comerciales formales y “respetables”, vendían el accesorio no original, bajo los términos “genérico”, “certificado”, “copia 90 % original”, entre otros. Alguien llegó a insistirme que la pieza era original a pesar de que su presentación era una burda bolsa plástica y las etiquetas estaban torpemente impresas. Una batería interna o auxiliar, cables y conectores que no cumplan las especificaciones técnicas del teléfono, pueden generar daños irreversibles al mismo, cuyo costo multiplica varias veces el de un accesorio original. Ese paseo involuntario por los locales, me ayudó a descubrir falsificaciones de teléfonos, estuches, audífonos, entre otros, los cuales, a pesar de su excelente presencia, tienen una vida útil de funcionamiento evidentemente menor.
En diversos puntos en las principales ciudades del país, y desde hace ya varios años, existe el comercio informal de CD y DVD con software, el cual puede ayudar a “resolver” alguna situación en la que la urgencia prevalece. Dichas copias, así como pasan por alto lo correspondiente a las licencias de uso, tienen como “valor agregado” virus que atacan los equipos de quien cree hacer un excelente negocio. Frecuentes son los casos en que las víctimas se encuentran con la desagradable sorpresa de ver paralizado su trabajo debido a que la copia de un programa, no solo carece de todas las funciones que originalmente lo conforman, sino que malogró los archivos de su computador.
Algunas personas naturales y empresas generalmente de maletín, han importado productos alimenticios que son falsificaciones de los productos originales. Se valen nuevamente de la necesidad y alta demanda de un producto escaso, para hacer negocios. Es muy importante no dejarse llevar por lo que puede parecer una excelente oportunidad. Hay que verificar sin apresuramiento las características de los empaques, las fechas de vencimiento y el origen. Al igual que los medicamentos, la inadecuada manipulación es un factor clave para la calidad del alimento. Las consecuencias pueden ir desde pérdida de su dinero hasta afecciones a la salud.
En tiempos de crisis existen individuos y organizaciones que desarrollan actividades ilícitas sin tener la más mínima consideración sobre los efectos a terceros. Proteja el patrimonio e integridad de usted y los suyos siendo un comprador inteligente.