Familiares, amigos y funcionarios de Houston, Texas, se reunieron este jueves en el cementerio Earthman Resthaven para darle el último adiós a Jocelyn Nungaray, de 12 años, quien, presuntamente, fue asesinada por dos inmigrantes venezolanos y cuya trágica muerte capturó la atención del país, removiendo el tema migratorio.
Durante la ceremonia, familiares llevaron el ataúd con los restos de la niña al lugar donde sería su última morada. La recordaron como una chica con mucha energía, juguetona y creativa, que le gustaba la música y la repostería, mientras de fondo se escuchaba su canción favorita.
Alexis Nungaray, madre de Jocelyn, prefirió llorar su pena en silencio, a pesar de siempre dar una declaración a los medios, en esta ocasión despidió a su hija sin acercarse a la prensa.
Asistieron el alcalde de Houston, John Whitmire, así como el vicegobernador Dan Patrick y la esposa del gobernador Greg Abbott. También, el jefe de Policía de Houston, Larry Satterwhite; el jefe de bomberos, Samuel Peña, y el alguacil del condado de Harris, Ed González.
Cerrar la frontera
Algunos familiares reflexionaron sobre el ingreso ilegal de migrantes por las fronteras y, aunque defendían la situación que vivían los inmigrantes, ahora admitieron que las autoridades deberían cerrar, porque no saben qué clase de personas están entrando a Estados Unidos para cometer crímenes como el que sufrió la familia con la brutal muerte de Jocelyn.
“Solía sentirme mal por los inmigrantes, pero desde que esto sucedió me hizo cambiar de opinión sobre a quién dejar entrar y a quién no”, dijo Christine Núñez, prima de la abuela de Jocelyn, a The Post.
“No puedo decir que todos sean malos; hay gente buena, pero necesitan cerrar las fronteras y no dejar entrar a todos. Jocelyn tenía todo un futuro por delante, era alegre y divertida, no seguía a nadie. Era una persona única”, anexó Núñez al mismo medio de comunicación.
El alcalde Whitmire expresó que están haciendo todo para apoyar a la familia, “estamos muy tristes, consternados y enojados con lo que ha ocurrido en nuestra comunidad”.
“Esto nos afecta muchísimo, más aún porque se trataba de una jovencita que tenía toda una vida por delante, solamente tenía 12 años”, compartió.
El alcalde también presionó para que el sistema de justicia penal “lo hiciera bien” y brindara a la familia la justicia que buscan para Jocelyn.
Carroza con caballos blancos y palomas
Después de la ceremonia, se realizó una procesión al cementerio en donde el ataúd de Jocelyn lo llevaba un carruaje tirado por caballos blancos. También soltaron palomas, mientras los miembros de la familia ofrecían su último adiós entre lágrimas.
Sus seres queridos se unieron en un emotivo abrazo durante el tiempo que el ataúd de Jocelyn era bajado lentamente hasta el fondo de la tumba.
Muchos de los asistentes vistieron de colores granate y verde bosque, que eran los favoritos de Jocelyn. También llevaban camisetas que decían: “Por siempre nuestro ángel”.
Hallada debajo de un puente
El cuerpo de Jocelyn Nungaray apareció en un arroyo debajo de un puente, la madrugada del 17 de junio. En cuanto inició la investigación, las autoridades arrestaron a Johan José Rangel Martínez, de 21 años, y Franklin José Peña Ramos, de 26 años, migrantes venezolanos que habían entrado de forma ilegal al país.
“La Procuraduría ha aceptado los cargos de asesinato capital, que es el mayor posible”, confirmaron durante una conferencia, en la que también estuvieron, el alcalde John Whitmire, y el jefe de la Policía, Larry Satterwhite.
Los dos hombres tienen una fianza de 10 millones de dólares por existir un alto riesgo de fuga. El médico forense confirmó que Jocelyn había muerto por estrangulamiento. Las autoridades dijeron que fue encontrada amarrada y sin ropa.
Fuente: Diario NY
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