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El cantante mexicano Alejandro Fernández fue sometido con éxito a una cirugía luego de que Kush, uno de sus perros, le mordiera una pierna a mediados de mayo causándole una severa infección y posterior gangrena, informaron hoy sus representantes.
“Tras este triste episodio me he puesto a reflexionar mucho, me di cuenta de que la vida es muy frágil y en cualquier minuto se puede desvanecer”, comentó un afligido Fernández tras salir de la operación, tal y como recoge un comunicado de Star Productions.
El cantante, hijo del emblemático Vicente Fernández, agradeció a la vida “seguir de pie” y recuperándose para poder seguir con su profesión.
A pesar del mal trago, dijo que sus perros son sus “mayores tesoros, como de la familia”, y añadió que la mordida de Kush “fue un accidente desatado por un juego”.
Fernández fue mordido en la pantorrilla izquierda y en un principio aplicó cuidados locales a la herida, pero estos no funcionaron, de acuerdo con el comunicado.
Cuando se encontraba en el balneario de Puerto Vallarta, en el noroccidental estado de Jalisco, los “malestares siguieron” y el artista, conocido como “el Potrillo”, ingresó al hospital para una valoración.
Esta “corroboró la gravedad de la herida, por lo que Alejandro tuvo que ser trasladado a Guadalajara para ser hospitalizado de manera inmediata y así entrar a cirugía”, continuó el escrito.
Dada la gravedad de la herida, de seis centímetros de profundidad, se le diagnosticó gangrena gaseosa.
“Esta se complicó pudiéndose convertir en una septicemia, que es una complicación en el organismo debido a la existencia de un foco de infección, la cual pasa gérmenes patógenos a la sangre”, detalló la compañía, que agrega que el incidente pudo tener “consecuencias mortales”.