Florentino y el… Diálogo

Los más considerados críticos, apuntan que el interés del Vaticano,es más la paz y menos la democracia, olvidando que también lo es la libertad y la justicia; principios intrínsecos de la cristiandad

Quizá la mucha frustración de no poder salir de Maduro con la urgencia del caso, nos tienta a caer en la irracionalidad, tanto que, por ejemplo, hablar de diálogo, ha sido como invocar al diablo; sinónimo de colaboracionismo y traición a la patria. Llegándose a insinuar que el Papa es comunista, castrista y hasta nazi; casi sugiriendo que los culpables del holocausto, de la revolución cubana y la bolivariana, son los curas.

Los más considerados críticos, apuntan que el interés del Vaticano,es más la paz y menos la democracia, olvidando que también lo es la libertad y la justicia; principios intrínsecos de la cristiandad. Por ello la agenda del diálogo incluyó una mesa electoral y otra de respeto a las instituciones, en aras de buscar la paz; pero también una mesa económica social, por la justicia social, y una mesa de derechos humanos por la libertad, en especial la de los presos políticos (con algunos resultados, aunque no satisfactorios). 

Seríamos torpes si ignoráramos el influjo de la Iglesia en Polonia,a favor del movimiento Solidaridad, en pro de la libertad polaca; por mencionar un ejemplo. Sobre el aludido caso de Cuba, la Iglesia, desde la visita  del papa Juan Pablo II, en 1998, busca una estrategia distinta a la inhumana  y poco efectiva del bloqueo, pues los Castro y sus colaboradores no resienten el bloqueo, ni les ha sacado del poder, al contrario, les provee de argumentos para atornillarse en él. 

Sin embargo, después de la carta de Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, canciller del Papa (casi nada), se disipan muchas dudas; y persistir en dudar, es mucha necedad. Se demuestra así que al menos un logro ha obtenido la MUD con el diálogo: mayor legitimidad y reconocimiento internacional, en la vocería de un líder de la talla de Francisco. Es que no era cierta la especie de que hubiera consenso en la opinión mundial sobre que Venezuela vive en una dictadura. No olvidemos que el régimen ejerce una cara e inescrupulosa diplomacia de propaganda engañosa. Este proceso, terminará por asegurar que el mundo convenga en que hay un régimen autoritario en Venezuela; pero si fracasara por desespero nuestro, los que quedaríamos otra vez como violentos y golpistas, seríamos nosotros. 

El diálogo no ha muerto, pero está en un punto muerto. Por culpa del Gobierno, que, como sabíamos, iba a intentar tomarnos a todos por incautos. Pero diálogo habrá, ojalá ahorita y no cuando se le haya agotado la poquita paciencia que le queda al pueblo y la gran sabana de yesca seca que somos hoy los venezolanos, se prenda llevándonos a otros escenarios. La salida de todo régimen como el que tenemos necesita tarde o temprano de negociación (perdonen la obscena palabrota). 

Algunos vibran de placer por haber descubierto el agua tibia al adivinar que el Gobierno no cumpliría. Dudo que nuestros representantes se sentaran a dialogar por fe en el Gobierno. Se le dio una oportunidad al diálogo para terminar de desnudarlos. Así como se equivocaron quienes dudaron del Vaticano, también se equivocan quienes dudan de la MUD, porque aunque no fuere perfecta, ha sido una herramienta de lucha útil contra el régimen; y no nos conviene liquidarla, aunque sí debamos relanzarla; pero eso es tema aparte. 

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