Flota el quinto cuerpo de los pescadores

Víctor Sánchez, de 37 años, es el quinto pescador que flota en el lago, tras la matanza del sábado. Otros dos pescadores siguen desaparecidos. Residentes del sector Santa Rosa de Agua encontraron el cuerpo de otro de los pescadores desaparecidos la madrugada del sábado, luego de haber sido asesinados por los Piratas del Lago

Una gran cantidad de personas se concentraron, a las 10.00 de la mañana de ayer, a las orillas del Lago de Maracaibo, en la plaza Américo Vespucio, sector Santa Rosa de Agua. Vecinos y allegados de Víctor Sánchez, de 37 años, resguardaban el cuerpo sin vida, cubierto por una cobija. Sánchez es el quinto cadáver que flota, tras la matanza del sábado.

Una comisión de pescadores, salió desde tempranas horas a bordo de tres lanchas para inspeccionar las aguas del lago, con la esperanza de encontrar a los tres pescadores que aún continuaban desaparecidos, tras ser atacados por los Piratas del Lago la madrugada del sábado. 

El cuerpo de Sánchez flotó cerca del sector Las Cabrias en la entrada de Punta de Palma, municipio Miranda. 

“Todos eran muchachos buenos. Víctor vivía con su esposa y sus dos hijos aquí en Santa Rosa. Él salía con los que iban a pescar para patrullar la zona y que no les hicieran daño”, comentaron los vecinos. 

La víctima salió la madrugada del sábado acompañado por otras cinco personas más, quienes quedaron identificadas como Juan Gabriel Molero Bracho (40), Enmanuel José Olivares Puche (15), Hernando José Olivares Loaiza (24), Leonardo Yamarte (44), Reinaldo Domador (26) y Samuel Olivares(19) apodado el “Café”, estos dos últimos siguen desaparecidos.

Distribuidos en tres lanchas, se dirigían al sector Puntica de Piedra, parroquia Coquivacoa, donde pescarían. Cuando fueron interceptados por desconocidos, los cuales se presume pertenecen a la banda de extorsionadores apodados como Los Podríos, quienes les dispararon e hicieron que saltaran al agua, despojándolos de sus motores y chinchorros con los que pescaban. 

Cerca de la Plaza Américo Vespucio de Santa Rosa de Agua, eran velados los restos de Leonardo Yamarte, Enmanuel Olivares y Hernando Olivares.

Dolor e impotencia 

Los restos de Juan Gabriel Molero Bracho eran velados en la calle 44 del callejón Capitán Chico en la Playa de Mere, donde vivía con sus hijos de 15 y 12 años. 

En la sala de la pequeña casa llamada Marianela, estaba el féretro de Juan Gabriel. El reducido espacio no permitía que las personas se concentraran a su alrededor para acompañarlo. Todos prefirieron reunirse a las orillas del lago.

Su padre Roberto Antonio Molero comentó que su hijo antes de dedicarle su vida a la pesca, había trabajado como albañil durante un año. Añadió además, que funcionarios de la Policía científica les habían explicado que su hijo habría muerto luego de recibir un golpe en la cabeza, cayendo al lago y posteriormente hundiéndose. 

Denunció los constantes ataques que ocurren en el lago, “Casi todos los días pasa eso, ya no se puede salir a trabajar”, comentó.