La Juve resolvió la final tras una brillante segunda mitad, en la que goleó gracias a un doblete del marroquí Benatia, un gol de Douglas Costa y un tanto en propia puerta de Nikola Kalinic .
La Juventus conquistó este miércoles su cuarta Copa Italia consecutiva, la trigésima de su historia, al imponerse con un contundente 4-0 en la final contra el Milan, disputada en el Estadio Olímpico de Roma.
La Juventus resolvió el encuentro ante el Milan tras una brillante segunda mitad, en la que goleó gracias a un doblete del marroquí Medhi Benatia, un gol del brasileño Douglas Costa y un tanto en propia puerta del croata Nikola Kalinic.
Los “bianconeri” se convirtieron de esta forma en el único equipo de la historia del fútbol italiano capaz de conquistar la Copa nacional cuatro años consecutivamente y castigaron a un Milan que aguantó un tiempo, antes de sucumbir ante la presión del vigente campeón.
Es el primer trofeo del año para una Juventus que espera solo la confirmación matemática del título liguero, que será su séptimo consecutivo y que supondrá además el cuarto doblete seguido.
La Juve sorprendió
El técnico de la Juventus, Massimiliano Allegri, sorprendió al dejar fuera del once titular al argentino Gonzalo Higuaín para dar paso al croata Mario Mandzukic de delantero centro, con Douglas Costa y el argentino Paulo Dybala en las bandas.
En el Milan, el entrenador Gennaro Gattuso se encomendó a su tridente habitual, con el turco Hakan Calhanoglu, el español Jesús Fernández Sáez “Suso” y el joven Patrick Cutrone, máximo artillero del equipo este año con 16 goles.
Los cinco anteriores enfrentamientos a partido único entre Juventus y Milan siempre habían terminado en la prórroga o en los penaltis, y la primera mitad del duelo de este miércoles, disputada con ritmos muy bajos dejaba imaginar otra final muy equilibrada.
Con atención táctica
Ambos conjuntos saltaron al campo con extrema atención táctica y no crearon peligros concretos a la portería rival; Cutrone y Suso lo intentaron con unos tímidos disparos que el meta Gianluigi Buffon logró detener mientras que en la Juventus fue el colombiano Juan Guillermo Cuadrado el más activo, aunque sin asustar a Gianluigi Donnarumma.
Sin embargo, todo cambió en la reanudación, con la Juventus que aumentó la intensidad y que, tras un primer aviso de Dybala (m.54), consiguió adelantarse gracias a un cabezazo de Benatia tras un saque de esquina lanzado por el bosnio Miralem Pjanic (m.55).
Debacle en la final
El gol del internacional marroquí hizo perder confianza a un Milan que terminó concediendo otras dos dianas en el espacio de tres minutos, entre el minuto 61 y el 63, con significativa responsabilidad del joven arquero Gianluigi Donnarumma.
Douglas Costa firmó el 2-0 con un disparo desde el límite del área que terminó entre las mallas tras una imperfecta intervención del meta “rossonero” mientras que, tres minutos después, de nuevo Donnarumma no pudo bloquear un balón aparentemente cómodo y Benatia lo aprovechó para marcar a bocajarro el 3-0.
Fueron dos golpes duros, que desataron la euforia de la hinchada de la Juventus y que hundieron a un Milan que no tuvo fuerzas para reaccionar y que hasta recibió el 4-0 con una diana en propia puerta del croata Nikola Kalinic (m.74), que había sustituido poco antes a Cutrone.
La mejor oportunidad del Milan se originó en un mal despeje del medio de la Juventus Blaise Matuidi, que se estrelló contra el poste, aunque ya era demasiado tarde para evitar una amarga derrota ante uno de sus históricos rivales.
El colegiado pitó el final del duelo sin dar minutos de tiempo añadido y los “bianconeri” pudieron celebrar otra gran victoria, que certifica su absoluto dominio entre los confines nacionales.