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El general retirado Antonio Rivero se sumó en Nueva York a la huelga de hambre que mantienen dos estudiantes venezolanos frente a Naciones Unidas para exigir al organismo internacional que se pronuncie y exija la liberación de más de 50 estudiantes presos en el país.
Rivero, residente en Florida y a quien en 2014 se le ordenó su arresto por las autoridades venezolanas, explicó que viajó a Nueva York para hacer seguimiento de su caso en la Oficina del Alto Comisionado por los Derechos Humanos de la ONU, y que cuando supo de los estudiantes, se unió a ellos.
“La razón es que haya un pronunciamiento (por parte de la ONU) mucho más expeditivo, con mayor seguimiento, porque en Venezuela la vida de seres humanos está en peligro”, dijo Rivero, quien señaló que de momento vive en Estados Unidos amparado por un permiso del gobierno.
El general retirado se unió a los estudiantes el miércoles, aunque ellos, Josmir Gutiérrez y Eduardo Bavaresco, estaban en huelga de hambre frente a la sede de la ONU desde el martes por la tarde.
Rivero es miembro del partido Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López que en la actualidad se encuentra prisión. El general fue jefe de la agencia de gestión de emergencias durante el gobierno de Hugo Chávez y tiene pendiente desde 2010 un proceso en instancias judiciales militares luego de denunciar la presencia de militares cubanos en Venezuela.
La ONU declaró su detención de casi un mes en el 2013 por parte del gobierno venezolano como arbitraria y pidió al presidente venezolano Nicolás Maduro que desestimara el caso contra él.
Aun así, Maduro ordenó de nuevo su arresto en febrero del 2014, acusándolo de haber entrenado a “grupos fascistas” que participaron en multitudinarias protestas en contra del gobierno, durante las cuales fueron detenidos los estudiantes.
El militar retirado pasó entonces a la clandestinidad hasta enero, cuando apareció en Nueva York para pedir a la ONU que se pronunciara sobre su caso y solicitara al gobierno venezolano que se cumpliera con las directrices emitidas a su favor por Naciones Unidas en el 2013.
El jueves, sentados en un colchón con la bandera venezolana detrás, y con varias botellas de agua y un paraguas para protegerse del sol, Rivero, Gutiérrez y Bavaresco dijeron que se quedarán ahí, sin comer, hasta que el Alto Comisionado por los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, se pronuncie exigiendo la liberación de los estudiantes, además de ofrecerse a ir a Venezuela a constatar por el mismo lo que allí ocurre y explicarlo al mundo.
Gutiérrez y Bavaresco dijeron que el miércoles se reunieron con funcionarios de la oficina del Alto Comisionado.
“Les pedimos que hicieran algo porque este es un ente que se supone debe velar por los derechos fundamentales del ser humano”, dijo Gutiérrez. “Les pedimos que no sigan tratando a Venezuela como un gobierno democrático porque es un régimen que viola los derechos humanos y todo el mundo lo sabe”.