jueves, enero 9, 2025
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Genuina democracia

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En la actualidad, la falta de virtudes y de probidad en el manejo del dinero, unido ello al abuso del poder del mandatario de turno son factores determinantes de la corrupción del mejor sistema político de Gobierno que el hombre haya inventado

¿Qué es una genuina democracia?  ¿Cómo ha de funcionar realmente? Estas interrogantes se plantean con el objeto de alcanzar objetivas respuestas que contrasten la utilización que hacen los autócratas y dictadores de tildar como democráticos a sus regímenes habida cuenta que esa palabra (democracia) ha sido y sigue siendo motivo de grandes manipulaciones populistas.

Es más fácil explicar aquello que es contrario al hecho democrático que definir el concepto del sistema y su profundo alcance. Ya Aristóteles en Grecia consideraba a la demagogia y el populismo como la corrupción de la democracia.  En la actualidad, la falta de virtudes y de probidad en el manejo del dinero, unido ello al abuso del poder del mandatario de turno son factores determinantes de la corrupción del mejor sistema político de Gobierno que el hombre haya inventado.

¿Algo más que agregar?  Sí desde el luego: la falta de separación, independencia y autonomía de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; la  ausencia de libertades individuales plenas, la centralidad de la ley y el sufragio universal con amplias garantías y transparencia a toda prueba, conforman una contundente demostración de eclipse total del sistema democrático.

Según Ignacio Molina en su obra “Conceptos Fundamentales de Ciencia Política”, (Alianza Editorial S.A 1988 2001), que “la democracia actual se caracteriza por ser un régimen que hace posible articular el pluralismo social y que periódicamente organiza consultas universales de las que emanan los poderes públicos que en verdad toman decisiones imparciales”.  

Además, como complemento o condición institucional previa, la minoría colectiva y los individuos como tales tienen mecanismos de protección frente a las arbitrariedades que puedan cometer aquellos gobiernos amparados por el apoyo mayoritario. 

Por tanto, dependiendo del énfasis que se le dé al principio de consenso entre diferentes grupos políticos o al principio de mayoría, estos regímenes han subrayado más o menos el respeto a los derechos fundamentales y a la división de los poderes que en todo caso también deben estar presentes en toda democracia”.

Los autócratas y tiranos de todo pelaje en su afán de legitimar sus abusos de poder afirman que las elecciones que ordenan hacer de tanto en tanto, evidencian sus talantes democráticos. ¿Será esto cierto? ¿Es realmente democrático un Gobierno que somete a su pueblo a frecuentes elecciones que violan estándares electorales  mundiales?  Sobre eso tratara la próxima entrega.

 

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