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Mario Rodríguez (21) contó a La Verdad, desde el carro en el que lo trasladaron sus familiares, el accidente que conllevó a que le amputaran las dos piernas hasta la rodilla. Y lo sentido que se encuentra que su “segunda familia”, la Guardia Nacional (GN), le diera la espalda.
Una descarga eléctrica por caminar cerca de los transformadores del Core 3 ocasionó, el 29 de noviembre de 2016, la desgracia. Pasó tres meses en el Hospital Coromoto y desde entonces no sabe nada de la GN. No se responsabilizaron por el accidente laboral, “no le prestaron el apoyo ni con una silla rueda”, reclamó la esposa de Rodríguez mientras cargaba en sus brazos al bebé de 10 meses.
La familia resaltó que el 9 de diciembre se celebró la graduación donde Mario debía recibir su título. Cuando el evento culminó sus compañeros del pelotón asistieron al centro de salud para compartir con él. En fotos quedó plasmado cuando la progenitora de la víctima recibió el pergamino porque su hijo estaba en UCI.
Engaño
A los días, un teniente, le explicó a la madre que le devolviera el título para que ellos hicieran la entrega en persona. Presumen que la engañaron para quitárselo. Desde entonces enviaron cartas para reunirse con el general Estrada, pero no les dan respuesta.
Ahora Mario necesita unas prótesis para sus piernas, detalla que no se siente incapacitado, “en trabajo de campo sé que no puedo hacer nada, pero sí puedo estar en otro lugar. Más que una denuncia pido que tomen consciencia. ¿Dónde está el pueblo unido? Ese del que siempre hablan y enseñan”.
Su pequeña familia depende de él, pero sigue en proceso de recuperación. La espalda, cuello y brazo izquierdo mantienen las cicatrices. Aún requiere de curas para la recuperación sea definitiva. Piden una explicación por su situación y poder usar los beneficios de la institución que tanto está necesitando.