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Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado Zulia, constató la situación de familias indígenas wayuu provenientes de Colombia, que ingresaron a territorio venezolano desplazadas por la violencia registrada en el país vecino.
Un total de 80 personas de 12 familias, entre ellas 50 niños y niñas, migraron de manera forzada a Venezuela en busca de abrigo y protección por la situación provocada por la violencia que les obligó a abandonar tierras, viviendas y cultivos que constituían su medio de vida en zonas rurales de Maicao.
Nicolás Maduro, presidente de la República, designó al gobernador Arias Cárdenas a brindar apoyo humanitario a estas familias que ameritan soporte alimentario, valoración clínica y entrega de medicamentos.
Durante la visita al lugar donde se encuentran los indígenas desplazados junto al Comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral de Occidente (Redi), mayor general, Tito Urbano Melean y el alcalde del municipio Guajira, Heberth Chacón, el Gobernador refirió que se les está brindando todo el apoyo posible, para que puedan vivir en paz.
El mandatario zuliano, acompañado por los secretarios de Salud y Alimentación, se comprometió a buscar otras soluciones para garantizar la atención humanitaria a estas víctimas del conflicto interno de Colombia. “Hoy estamos haciendo esta visita con la finalidad de continuar brindándoles el apoyo necesario que tanto merecen y rogando a Dios para que pueda reinar la paz en el hermano país”.
Por su parte, el Comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral de Occidente (Redi), mayor general, Tito Urbano Melean indicó que la Fuerza Armada Nacional se mantiene vigilante está pendiente de estas y otras situaciones para atenderlas de manera inmediata.
El alcalde del municipio Guajira, Heberth Chacón, resaltó que estas familias afectadas podrán volver a su territorio una vez que este solventado sea por la ley Wayuu o por las leyes del Estado.
El grupo que ahora se encuentra en Venezuela dejó hace aproximadamente dos meses sus tierras.
Una comisión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) visitó la zona y constató que no eran refugiados ni desplazados internos y que se trata de gente del otro lado de la frontera desplazada por la violencia en Colombia.
Se informó que el lugar también fue visitado por integrantes de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional.