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Rick Scott, gobernador de Florida, urgió ayer al Gobierno de Donald Trump a parar de “inmediato” de hacer negocios con Venezuela, y también a pronunciarse contra las “brutales dictaduras” venezolana y cubana.
“Estados Unidos debe dejar de hacer negocios con Venezuela de inmediato”, expresó el republicano en un editorial enviado a los medios de comunicación.
Scott instó a EEUU a seguir el ejemplo de empresas estadounidenses como General Motors, Bridgestone y General Mills, que, señaló, han reducido sus operaciones en Venezuela, lo mismo que United Airlines, que anunció la suspensión, el próximo mes, de los vuelos a ese país.
“Bajo la brutal y opresiva dictadura de Nicolás Maduro, hemos visto que las cosas van de mal en peor. La escasez de alimentos y medicamentos, violencia en las calles e incertidumbre económica”, expresó Scott.
El gobernador criticó que en Venezuela la “dictadura” de Raúl Castro “sigue tirando de las cuerdas, ayudando al baño de sangre del gobierno de Maduro contra el heroico pueblo venezolano”.
Scott aseguró que Trump y su Gobierno “tienen la oportunidad de establecer un nuevo rumbo” en Venezuela y Cuba.
“Hoy, estoy animando al presidente Trump a tomar una posición contra estas brutales dictaduras”, señaló.
Llamado a que dejen sus funciones
Llamó a dejar claro que los funcionarios de Castro o Maduro involucrados en la violación de los derechos humanos, que se le prohibirá obtener cualquier visa a Estados Unidos.
Venezuela experimenta una ola de manifestaciones a favor y en contra del Gobierno, algunas de las cuales han degenerado en hechos violentos que han dejado, según la Fiscalía, 65 muertos, más de mil heridos y al menos 422 detenidos.
Por otro lado, Scott reiteró su apoyo a las promesas de Trump de revertir las políticas de Estados Unidos hacia Cuba de su predecesor, Barack Obama.
“La dirección actual ha demostrado proporcionar a los militares cubanos y la seguridad del estado los recursos que les permitirán transferir el poder de un miembro de la familia a otro”, señaló.
En julio de 2015 el presidente Obama restableció las relaciones diplomáticas con Cuba tras cincuenta años de ruptura, después de un proceso de acercamiento anunciado en diciembre de 2014 por ambos Gobiernos.
No obstante, persiste el embargo económico estadounidense a Cuba, que solo puede levantarlo el Congreso estadounidense o que termina si Cuba cumple la demandas de democracia y respeto a los derechos humanos, entre otras condiciones que exige la Ley de Ajuste Cubano