El gobierno de Nicolás Maduro expresó este viernes 31 de enero su disposición a mantener “canales diplomáticos abiertos” con Estados Unidos, luego de que el líder oficialista, investido para un cuestionado tercer mandato que Washington no reconoce, se reuniera en Caracas con Richard Grenell, enviado especial del presidente Donald Trump.
A través de un comunicado, la administración de Maduro indicó que, durante el encuentro, celebrado en el palacio presidencial de Miraflores, el dirigente oficialista “planteó la construcción” de una “agenda cero para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales”, rotas desde 2019.
Sin embargo, Washington, que reiteró este viernes que no reconoce a Maduro como presidente, asegura que la misión de Grenell en Venezuela es “muy específica” y tiene el objetivo de lograr que Caracas acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles venezolanas.
Según el comunicado del Gobierno, se abordaron “diversos temas de interés para ambos países”, entre los que Caracas señaló migración, el impacto “negativo” de las sanciones económicas, la situación de “ciudadanos estadounidenses incursos en delitos en territorio nacional” y la “integridad del sistema político venezolano”.
Además, se subrayó “la necesidad de darle un giro a las relaciones”, señaló el Ejecutivo oficialista, en cuyo pronunciamiento afirmó que la reunión fue celebrada luego de que, el jueves, recibiera una “solicitud de audiencia” con Maduro por parte de Grenell.
En paralelo, Trump aseguró este viernes que no permitirá la compra de petróleo a Venezuela como hizo su antecesor, Joe Biden, quien alivió el esquema de sanciones con la emisión de licencias a empresas extranjeras, entre ellas, la estadounidense Chevron, para operar en el país, que cuenta con las mayores reservas probadas de crudo.
En el salón donde se celebró el encuentro, con las banderas de Venezuela y EE. UU., también se encontraba Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2020 y jefe negociador de Maduro.
En una llamada con la prensa, el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Mauricio Claver-Carone, expresó que, tras la misión de Grenell, EE. UU. y “el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro reciba de vuelta a todos los criminales y miembros de pandillas venezolanos” y que lo haga “sin condiciones”.
Washington ha afrontado dificultades para deportar venezolanos durante años debido al deterioro de las relaciones bilaterales y, especialmente, tras la ruptura diplomática de 2019 durante el primer mandato de Trump (2017-2021), cuando EE. UU. reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Desde entonces, los vuelos de deportación han sido escasos.
Bajo la Administración de Joe Biden (2021-2025), se reanudaron brevemente en octubre de 2022, pero se suspendieron nuevamente cuatro meses después.
Fuente: EFE
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