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Cuando anunciaron en la presentación del presupuesto anual de 2016 que se habría calculado en base a un tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar se confirmó el temor de los analistas. Este mes se cumplen tres años del momento en el que Jorge Giordani, exministro de planificación y finanzas anunció la última devaluación del bolívar de acuerdo con su tasa preferencial. Pero, de voces oficialistas se escucha que los correctivos están por venir.
Luego de tres años encabezando la lista de países con las mayores inflaciones del mundo y de haber duplicado la liquidez monetaria pese a la caída de las reservas internacionales, Venezuela está obligada a efectuar cambios severos. De acuerdo con Gustavo Machado, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de LUZ, el tema de fondo es que el país cuente con suficiente financiamiento externo en divisas para poder sostener cualquier esquema cambiario que se proponga.
El punto de equilibrio se encuentra en aumentar el dólar preferencial a 60 bolívares. Según el economista, para que esto suceda, Venezuela debería obtener préstamos de hasta 40 mil millones de dólares, que junto con los ingresos petroleros, generarían alrededor de 60 mil millones de dólares. Esta es la cantidad necesaria para reactivar el aparato productivo, atender los compromisos de deuda, financiar un plan de infraestructura y para dotar al mercado libre de una cantidad de divisas que permita el descenso del precio de la moneda extranjera, según el economista.
Jesús Faría, ministro de Comercio Exterior admitió a The Wall Street Journal que “es evidente que el régimen de divisas vigente se ha agotado. Las políticas tienen que adaptarse a las realidades actuales”. Añadió que Nicolás Maduro, presidente de la República anunciará las modificaciones “en unos días”.
Un posible préstamo por parte del Fondo Monetario Internacional, el organismo en el que los economistas ven la salida no cabe dentro del sistema propuesto por el Ejecutivo. Faría aseguró que buscará el financiamiento a países aliados y no a la institución.
A pesar de que Venezuela no haya tenido problemas de solvencia los últimos años, la caída de los precios del crudo ponen incluye un default entre los posibles problemas futuros del Estado. Para Machado, a pesar de que el país cuente con activos en el exterior y potencial para honrar los créditos, el tema es que el Ejecutivo debe presentar un plan económico a los organismos acreedores para generar confianza. “Entre mayor sea la cantidad de divisas que se tengan, la devaluación va a ser menor. La idea es que esta sea la última devaluación que se tenga que hacer en mucho tiempo”, explicó el experto.