Quienes
No fue la semana pasada cuando se consumó un golpe de Estado en Venezuela. Las sentencias 155 y 156 constituyen la continuidad de un golpe que inició al conocerse los resultados de las elecciones de 2015. Inmediatamente la AN saliente designó a unos magistrados que prometieron incondicionalidad al PSUV y la Sala Electoral del TSJ dejó sin efecto la elección de tres diputados de Amazonas, acabando la mayoría calificada.
Estos hechos fueron el inicio de un golpe que ha continuado en 2016 y 2017. ¿Cómo puede hablarse de respeto a la separación de poderes cuando la Sala Constitucional del TSJ anula todas las leyes sancionadas por la AN, le impide el ejercicio de su función contralora y le imposibilita designar los poderes públicos? ¿No ha sido un golpe que esa sala apruebe el presupuesto de la nación y el informe de gestión de Nicolás Maduro, ambas competencias de la AN? ¿No es una ruptura del orden democrático que la misma sala nombre rectores del CNE? ¿Cómo se explica que ese tribunal anuncie que todas las decisiones de la AN son nulas a futuro?
El Gobierno, a través de la SC, decidió romper el orden democrático, desconociendo al Poder Legislativo con el objetivo de mantenerse en el poder. Acaba con la inmunidad parlamentaria, autoriza al Ejecutivo a constituir empresas mixtas sin la autorización de la AN, se habilita a Maduro para legislar en materias sensibles y se atribuye competencias de la Asamblea. Esto lo venían haciendo desde esos poderes, controlados por el Ejecutivo pero el escándalo fue formalizarlo a través de esas sentencias.
Conmoción mundial causó lo que ocurre en Venezuela. El mundo lo calificó como golpe de Estado y la Fiscal General denunció la ruptura del orden constitucional. Inmediatamente el señor Maduro asumió la hipócrita actitud de mediador, alegando que él no sabía nada de esas sentencias y abogando por la separación de poderes. De esta manera mantiene la mentira y el irrespeto a los venezolanos.
Lo que viene después refleja el reconocimiento del golpe: la convocatoria de un Consejo de Seguridad para asumir atribuciones que no le competen y la “exhortación” a la Sala de revisar las sentencias, lo cual ésta hace de forma parcial y antijurídica, sin resolver el problema de fondo.
En conclusión, Maduro dio un golpe de Estado a través de la SC del TSJ. Mientras la AN siga sin incorporar a todos sus diputados y sin ejercer sus atribuciones legislativas, contraloras y de designación de los poderes, el golpe sigue vigente; quienes dieron el golpe, deben ser destituidos y juzgados y nombrarse nuevos funcionarios y llamar a elecciones como establece la Constitución. Mientras eso no pase, esto sigue siendo una dictadura.