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Lo que inició como una protesta pacífica por un grupo de trabajadores de la Alcaldía de Maracaibo para exigir sus reivindicaciones laborales, terminó en trifulca. Pasadas las 10.00 de la mañana un grupo de al menos 10 hombres descendió de una camioneta azul y armados con cauchos, piedras y gasolina para arremeter contra la sede del ayuntamiento y los manifestantes.
Eveling Trejo de Rosales, alcaldesa del municipio, se apersonó para verificar los daños y desde allí rechazó el vandalismo y la violencia. “Rechazo contundentemente los hechos vandálicos que ocurrieron. Pusieron en riesgo la vida de pensionados, jubilados, obreros y de todos los que a diario trabajan aquí. Esto no se parece a nosotros, esta no es la Venezuela que queremos, este no es el país que nos merecemos”.
La jefa del Ejecutivo criticó que desde hace dos semanas en esa parte del casco central, donde además está la sede del Banco Central de Venezuela y la Gobernación del Zulia, fue decretada zona de seguridad y a pesar de eso para el momento del ataque no había presencia policial. “Esto ocurrió a la vista de los cuerpos de seguridad. Pudieron matar a cualquier persona. Cómo es que llegan infiltrados, bandoleros, delincuentes, porque no tienen otro nombre, a atentar contra la Alcaldía y nadie hace nada”.
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Impotencia
Los vidrios de la fachada quedaron en el piso. Oficinas, puertas y mobiliarios sufrieron "serios" daños. Para la primera autoridad municipal la responsabilidad de estos hechos recaen sobre Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado Zulia, por “no garantizar la seguridad”. Hizo un llamado al Ministerio Público a iniciar las investigaciones correspondientes para identificar a los responsables, de quienes aseguró existen fotos y videos.
“Gracias a Dios no hay lesionados, pero no podemos esperar que haya un muerto para que el gobernador entienda que sobre él recae la responsabilidad del resguardo de las instituciones de los bienes y de los ciudadanos. Yo exijo inmediatamente la apertura una averiguación y que aparezcan los responsables de este desastre, para que paguen y respondan”, señaló Trejo de Rosales.
La burgomaestre informó que la sede permanecerá cerrada hasta que garanticen la seguridad del inmueble y de los empleados. “Yo me hago la pregunta: Si esto está acordonado, ¿cómo es que no pudieron resguardar este bien? Yo le recuerdo que hace tres años me quitaron la Policía municipal, sino esto no ocurre”.
Protesta
Desde las 6.00 de la mañana varios sindicatos tomaron la sede del ayuntamiento para exigir el pago de sus pasivos laborales. En tal motivo la alcaldesa aclaró: “Les dije claramente que no tengo cómo pagarles y nunca los escondí. Nunca dije que no hago la diligencia para que el Gobierno nacional envíe los recursos de los aumentos que hace cada trimestre, porque nosotros no podemos ni siquiera pagar el aumento presidencial de enero y estamos en mora con el segundo aumento y con el pago del sueldo mínimo”, indicó la alcaldesa.
Confesó que la inflación económica de este año puso cuesta arriba cumplir con los compromisos laborales con los ingresos del ayuntamiento. “Las alcaldías viven de sus ingresos, pero cómo subsistimos si la mayoría de las empresas cierran la santamaría”. El ayuntamiento necesita para pagar el cestatique de 135 mil bolívares, siete mil 780 millones. "Solo me dieron 290 y luego 900, lo demás lo tuve que buscar de los ingresos propios. El presupuesto de ingresos propios está en el 80 por ciento para pagar saldos y salarios, y lo que me llega por situado es el 20 por ciento”.
Según la Oficina General de Administración y Finanzas, a más de 13 mil 200 millones de bolívares asciende la deuda del Gobierno nacional con la Alcaldía de Maracaibo para el pago de sueldos y cestatiques para trabajadores, tras los aumentos salariales fijados mediante decretos presidenciales. Más de seis mil 734 millones de bolívares corresponden a la incidencia del incremento anunciado por el Ejecutivo nacional en enero de este 2017 y más de Bs. 6.548 millones ante el aumento del mes de mayo pasado.