El Gobierno de Guyana advirtió que el gobierno de Venezuela deberá aceptar el veredicto que emita la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya o enfrentar sanciones de la ONU si violan la decisión sobre la disputa fronteriza por la región del Esequibo
El canciller de Guyana, Carl Greenidge, advirtió que su Gobierno y el de Venezuela tendrán que aceptar el veredicto que emita la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya o enfrentar sanciones de la ONU si violan la decisión sobre la disputa fronteriza por la región del Esequibo.
El Gobierno de Guyana entregó esta semana una solicitud a la CIJ, en la que pide al tribunal que valide legalmente el Laudo Arbitral de 1899, relacionado con la disputa fronteriza con Venezuela por la región de Esequibo.
Según reportan hoy medios locales, Greenidge dijo este sábado a periodistas que una vez esta disputa se discuta y el tribunal de la ONU tome una decisión, los Estados no podrán descartarla.
Asimismo, consideró que el secretario general de la ONU, António Guterres, podrá recurrir a la Asamblea General o al Consejo de Seguridad para tomar acciones ante un incumplimiento del fallo.
Greenidge dijo que si se violenta cualquier decisión de la ONU, “habrá una diversidad de opciones” disponibles que puede tomar el organismo internacional.
El funcionario sostuvo que otros países que inicialmente ignoraron las determinaciones de la CIJ, luego aceptaron las decisiones del tribunal.
Las declaraciones de Greenidge tuvieron lugar después de que el Gobierno venezolano considerara como “inaceptable” recurrir a un “arreglo judicial” en la CIJ de La Haya para resolver la disputa fronteriza por la región del Esequibo con Guyana, país que acaba de llevar el caso ante ese tribunal, tal como lo sugirió la ONU.
Guyana introdujo la semana pasada ante la CIJ una solicitud para que “se confirme la validez legal y el efecto vinculante del laudo arbitral de 1899 con respecto a la frontera entre Guyana y Venezuela”.
A finales de enero Guterres decidió remitir a la CIJ la disputa territorial al considerar que esta vía era la mejor para los dos países, decisión rechazada poco después por Venezuela.
La decisión del jefe de la ONU llegó después de que su antecesor, Ban Ki-moon anunciara que si para finales de 2017 no había avances significativos, el asunto se llevaría ante la Corte con sede en La Haya.
La región del Esequibo está bajo mediación de la ONU desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa territorial se agudizó en los últimos años después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera yacimientos de petróleo en aguas en la zona del litigio.
El Gobierno de Venezuela emitió en la misma época un decreto presidencial que dictaba una orden administrativa de defensa del país, con una demarcación que incluía como propias todas las aguas del Atlántico frente a la costa de Esequibo.
Esta maniobra generó el rechazo del Gobierno guyanés y disparó la tensión entre las dos partes.
La región del Esequibo abarca un área de unos 160.000 kilómetros cuadrados, lo que supone las tres cuartas partes del territorio de Guyana.
En el Acuerdo de Ginebra, los dos países dieron al secretario general de la ONU la responsabilidad de elegir un medio para la resolución pacífica de la cuestión y la posibilidad de, si este no tenía éxito, buscar otra vía.