sábado, noviembre 30, 2024
InicioHábitos de se...

Hábitos de seguridad: Fraudes y estafas

-

Alberto pidió como condición para que le cancelaran la transacción, que Pedro comprara un cheque de gerencia; a lo que este último accedió ya que no evidenciaba ningún riesgo y sentía que mantenía el control de la situación

Algo le decía que la proposición era demasiado buena para ser cierta, pero la idea de ganar una buena suma de dinero fácilmente fue más fuerte…y lo estafaron.

A Pedro P. (todos los nombres que se mencionarán son ficticios), le ofrecieron la venta de dólares americanos vía transferencia electrónica, a un precio realmente atractivo. El que ofertaba, llamémoslo Alberto X, tenía “una urgencia médica” que lo obligaba a desprenderse del dinero.

Alberto pidió como condición para que le cancelaran la transacción, que Pedro comprara un cheque de gerencia; a lo que este último accedió ya que no evidenciaba ningún riesgo y sentía que mantenía el control de la situación.

Minutos antes de realizar la transferencia electrónica Alberto le pide a Pedro que le envíe una foto del cheque de gerencia para estar seguro de que se había cumplido ese requisito. Al fin y al cabo Alberto sentía que era el más expuesto. Pedro, por medio de su teléfono inteligente, envió a Alberto la imagen del cheque…y hasta ese momento supo de él. Algo molesto por la irresponsabilidad de Alberto, pasados un par de días Pedro se dirigió a la entidad bancaria a reversar el cheque de gerencia…para enterarse que había sido cobrado.

Alberto formaba parte de una banda que falsificaba este tipo de cheques y con los datos facilitados por el mismo Pedro, elaboró  y cobró el medio físico de pago. Pedro se quedó sin los dólares, sin los bolívares y con el temor de hacer una denuncia ante los cuerpos policiales, ya que él mismo había incursionado en una transacción ilegal en Venezuela: la compra de divisas en el mercado negro.

Al igual que estas son numerosas las modalidades que los delincuentes diseñan para obtener dinero, joyas o equipos valiosos de sus víctimas. Generalmente son personas muy creativas, de excelente presencia, muy buen vocabulario, dicción y una apreciable capacidad de convencimiento. Se aprovechan de personas con falta de malicia, ambiciosos, de muy avanzada edad o muy jóvenes e inexpertos.

Presentan ofertas de ventas de automóviles, motos, computadoras, teléfonos celulares, mercancía escasa y hasta terrenos e inmuebles en condiciones muy atractivas. Argumentan un apuro económico, una emergencia médica propia o de un familiar muy cercano, así como la urgencia de vender sus activos para comprar divisas extranjeras y abandonar el país.

Los bienes casi siempre no son de su propiedad o son robados, y utilizan documentos forjados para evidenciar la supuesta legalidad y origen lícito. Cuando la víctima adquiere el bien, paga y quiere efectuar las revisiones o registros legales ya es tarde.

En oportunidades se trata de falsificaciones de alta calidad en cuanto a la similitud con los originales, pero de ínfimo valor real y que van a presentar fallas en breve. Puede tratarse generalmente de equipos electrónicos, relojes de lujo, prendas de oro o piedras preciosas como brillantes y esmeraldas, o hasta medicamentos de alto costo para tratamientos especiales.

Nunca concrete una transacción bajo la presión del tiempo aunque parezca toda una oportunidad. Exija los documentos originales del bien a adquirir y verifique su procedencia. Cualquier equipo debe ser operado para verificar su funcionamiento, si nota algo extraño o diferente en el diseño, puede tratarse de una falsificación. Evite ser víctima desarrollando el menos común de los sentidos: el sentido común.

Visited 1 times, 1 visit(s) today
- Publicidad -

Lo Más Leido