El surgimiento de un nuevo actor político que nadie conocía, que no figuraba entre los nombres de la palestra política, nos está dando una nueva esperanza a que este país se enrumbe, el apoyo internacional y los movimientos estratégicos lentos pero firmes, están abriendo otras posibilidades
“La democracia es el Gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”.
Abraham Lincoln
Empezar hablar de mi país Venezuela, conlleva a un suspiro atado a sueños, alegrías, tristeza por los que se fueron y una gran incertidumbre. Hemos vivido 20 años de cuentos e historias que nos han llevado a lo que hoy tenemos, un país con enorme riqueza, talento humano de sobra, climas y paisajes únicos en el mundo, pero lleno de pobreza y en muchos casos de falta de valores y consciencia.
El despertar de cada venezolano está lleno de miedos a que esto continúe y de esperanza a que este sistema se acabe, la pregunta del millón, ¿cuándo se acabará?, ¿qué vamos a hacer cuando termine?, ¿está preparado para ser un mejor ciudadano?…
Como empresario he visto miles de empresas morir, reducir su tamaño, otras crecer ante el caos y muchas reinventarse, así somos los hombres y mujeres que parió esta patria, echaos pa’ lante, nos crecemos ante los retos, y hoy estamos haciendo el mayor doctorado de negocios mejor conocido en la historia, trabajando en nuestro país o en otras fronteras.
El surgimiento de un nuevo actor político que nadie conocía, que no figuraba entre los nombres de la palestra política, nos está dando una nueva esperanza a que este país se enrumbe, el apoyo internacional y los movimientos estratégicos lentos, pero firmes, están abriendo otras posibilidades, hay quienes quieren derrumbar 20 años en 15 días, de un sistema que incrustó sus raíces en la mente de miles de personas que creyeron en el sistema político de un mesías dadivoso. Cabe destacar que las transiciones políticas llevan sus procesos, existen conversaciones que las personas de a pie jamás veremos, pero existen ciertas condiciones, como que hoy la coalición dominante ya no tiene tantas cosas a su favor y aunque tienen el poder, nuestros aliados tienen la mirada halcónica sobre el proceso, eso hace que se abran posibilidades a una transición que inicia con cese de la usurpación.
Jamás he sido político pero me gusta la política, apoyo la labor social que tiene impacto, creo en regalar educación para un futuro mejor, creo en la bondad e inteligencia de muchos empresarios que hoy seguimos planificando a diario para continuar construyendo, creo que los buenos somos más, “que la justicia económica, puede ser obtenida mejor por hombres libres a través de la libre empresa y que los gobiernos deben ser de leyes más que de hombres”. En estos tiempos difíciles debemos tener presente y claro nuestra visión, revisar a menudo nuestra perspectiva y aumentar cada día nuestro coraje.