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Había una vez una mujer que transformó el armario femenino para liberar a las mujeres y liberarse a sí misma. Su nombre es Gabrielle Chanel, la reina de la moda.
La vida de Gabrielle Bonheur Chanel es la historia de un ascenso desde lo más bajo a lo más alto. Su biografía cuenta que tuvo una infancia triste, solitaria y falta de cariño, pero aquella mujer trabajadora y tenaz llegaría a convertirse en un mito viviente.
Transformó la moda en una forma de liberar a la mujer y sus creaciones marcaron las páginas de la historia del diseño. Sin embargo, aquella que se hizo llamar Coco Chanel tuvo una vida entregada al trabajo, en el que se refugió para huir de una constante soledad que la acompañó a lo largo de su vida.
Una infancia olvidada
Cuando Coco Chanel era interrogada por periodistas y curiosos acerca de sus orígenes, a menudo inventaba historias. Historias muy alejadas de una verdadera infancia que siempre quiso olvidar y que siempre le dolió recordar.
Gabrielle nació en la localidad francesa de Saumur el 19 de agosto de 1883. Su padre, Albert Chanel, era un vendedor ambulante que mantenía una relación con su madre, Jeanne Devolle, con la que no estaba casada.
Fue la segunda hija de la pareja y nació en un hospicio. El inicio de su vida marcó una infancia errante, triste y solitaria que culminó con la pérdida de su madre en 1889 a causa de una tuberculosis.
Pasó unos años terribles en un orfanato rígido y estricto hasta que cumplió los 18 años, luego fue trasladada a un internado durante dos años más.
La mercería de Grampayre
Al salir del internado, Gabrielle se trasladó a vivir a Moulins, a la casa de una familia propietaria de la mercería conocida como Casa Grampayre en la que empezó a trabajar haciendo arreglos de confección.
Con el tiempo, pudo independizarse y se mudó a una habitación de alquiler en la misma ciudad de Moulins, acompañada de su tía Adrienne, dos años mayor que ella.
Época de cantante
Al parecer, un repertorio de canciones que Gabrielle cantaba en un café de Moulins ante la guarnición militar del Décimo de Caballería Ligera que albergaba la ciudad, le dieron el mítico nombre.
Una canción de cabaret titulada Qui qu’a vu à Coco y otra llamada Ko ko ri ko. Como en ambas aparecía en el estribillo la palabra Coco, el público y sus amigos de la guarnición acabaron llamándola “la pequeña Coco”.
Gabrielle conoció entonces al que sería el primer amor de su vida: Étienne Balsan, un militar de origen burgués que financió su primer proyecto empresarial, una tienda de sombreros en París.
El éxito de sus sombreros
En una de las veladas que organizaba Étienne, Coco conoció a Arthur Capel, conocido por sus amigos como Boy, un hombre de negocios propietario de minas de carbón en Newcastle quien se sintió atraído por Coco, creyó en su tienda de sombreros y la acogió en su apartamento de París.
Cuando en 1910 Coco empezó a vender sombreros el éxito no se hizo esperar. El secreto era una base de paja que Coco decoraba con gran estilo. Fue tal el revuelo que para esta época abrió su primera tienda en el número 31 de la rue Cambon: Modas Chanel.
Tras la tienda de París, abrió en 1913 una segunda en Deauville, frecuentada por la alta sociedad y empezó a diseñar ropa además de sombreros. Coco Chanel inventó el estilo sport alejado de los encorsetamientos de la época.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Coco mantuvo abiertos sus locales, una decisión que tomaron pocos empresarios, por lo que, paradójicamente, la guerra le benefició al absorber la mayor parte de las ventas.
Las altas esferas
En 1915, con dinero y éxito, Coco decidió abrir en Biarritz otra tienda. Esta vez fue una boutique que se convertiría en la primera Casa de Alta Costura de la firma. En 1923 Coco Chanel cumplía 40 años. Para celebrarlo, la gran diseñadora inició la comercialización de su emblemático perfume, el Chanel Nº5, sin duda su número de la suerte.
En 1931 se embarcó en la aventura americana de la mano del dueño de la productora cinematográfica Metro Goldwyn Mayer. Su primera colaboración en una película de Hollywood sería en Esta noche o nunca, en la que vistió a Gloria Swanson.
A pesar de que elaboró los atuendos de muchas otras grandes actrices, su estilo sobrio no llegó a encajar con la imagen espectacular que se esperaba de las estrellas de Hollywood.
La reina de la moda
La Segunda Guerra Mundial trajo tiempos difíciles para la firma Chanel y para ella misma. Su idilio con un oficial alemán la pondría en un compromiso al terminar la guerra y ser acusada de colaboracionista. Por suerte fue absuelta.
Coco Chanel pasó unos años viajando y dejando de lado su faceta creativa. En 1954, cuando decidió volver a París y a su tienda de la rue Cambon, tuvo que sufrir un descalabro con su nueva colección. Pero no se dejó vencer y siguió trabajando para ganarse de nuevo el respeto del mundo de la moda. Volvió a hacerse con una clientela de lujo como reinas, aristócratas y actrices.
Una vida, mil diseños
La vida de Coco Chanel fue la vida de una mujer tenaz, provocadora, transgresora, pero por encima de todo, la de una mujer trabajadora. Sus creaciones estuvieron inspiradas por su propia experiencia, desde las sobrias indumentarias que observó en el orfanato hasta el lujo de sus amantes ingleses y rusos.
Coco Chanel trabajó incansablemente hasta el último día de su vida, el 10 de enero de 1971. Tenía 87 años. Después de un multitudinario funeral en la Madeleine de París, la reina de la moda fue enterrada en Lausana, como ella había pedido.