Una espiral de huesos humanos de una decena de personas que fueron entrelazadas en la muerte hace unos 2.400 años, constituye el primer entierro con tal cantidad de individuos reportado para el periodo Preclásico en la Cuenca de México
Una espiral de huesos humanos, restos óseos de una decena de personas que fueron entrelazadas en la muerte hace unos 2.400 años, constituye por ahora el primer entierro con tal cantidad de individuos reportado para el periodo Preclásico (2500 a.C.-200 d.C.) en la Cuenca de México, en el centro del país.
Se trata del hallazgo más peculiar que investigadoras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han realizado desde que iniciaran los trabajos de salvamento arqueológico en terrenos de la Universidad Pontificia de México (UPM), informó hoy esa institución.
Las pendientes que se dibujan en el asfalto de las calles circundantes al centro de Tlalpan, en el sur de Ciudad de México, corresponden a una loma que, dados los recursos que brindaban la ribera del Lago de Xochimilco y el bosque templado, fue elegida siglos antes de nuestra era para establecer una de las primeras aldeas.
Entre dichos recursos figuran abundantes fuentes de agua dulce, especies arbóreas para la construcción, un suelo fértil apto para el cultivo y animales para la caza, señaló el INAH en un comunicado.
Este panorama sobre los primeros asentamientos humanos en el sur de la actual Ciudad de México se ha ido revelando gracias a distintos salvamentos arqueológicos efectuados en predios de diversas calles y en los terrenos de dicha universidad, donde el arqueólogo Alejandro Meraz Moreno ya había dado cuenta en 2006 de la existencia de restos de la aldea preclásica de Tlalpan.
Ahora es la arqueóloga Jimena Rivera Escamilla quien tiene la oportunidad de ampliar el conocimiento sobre este asentamiento tan temprano, confirmando su periodo de ocupación a lo largo de 500 años, en el llamado periodo Formativo Medio y Tardío, entre las fases Zacatenco (700-400 a.C.) y Ticomán (400-200 a.C.).
Para la especialista de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, se puede estar de nuevo ante un momento muy importante para los estudios sobre los periodos Preclásico o Formativo en la Cuenca de México, como lo fue entre las décadas de 1960-1990, cuando se excavaron sitios como Tlatilco, Temamatla y Tlapacoya o Terremote-Tlatenco.
Los fechamientos parten de la cerámica asociada a estos contextos y que ha sido ampliamente documentada, por lo que no hay duda que se está ante una unidad doméstica rural del periodo Formativo, con sus áreas de habitación y de entierros.