El hallazgo sucedió el mismo día del anunció de detención de Gildardo López Austillo, quien, según las autoridades mexicanas, es el autor de la desaparición de los 43 normalista de Ayotzinapa
Siete cadáveres fueron hallados en una fosa clandestina en la zona norte de Acapulco, informó el jueves la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, en el sur de México.
Un comunicado oficial detalla que dos de los cuerpos son mujeres. La localización fue posible tras una llamada anónima que reportaba sobre una balacera.
El levantamiento de los cuerpos y el proceso de identificación son realizados por agentes de la policía ministerial, funcionarios del Ministerio Público y del Servicio Médico Forense.
El hallazgo ocurre el mismo día que las autoridades mexicanas anunciaran la detención del presunto autor de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en septiembre de 2014.
Gildardo López Astudillo, alias “El Gil”, fue puesto a disposición de la justicia debido a que figura como integrante del cartel de Guerreros Unidos.
Según la versión de la Fiscalía mexicana, los estudiantes fueron detenidos por policías de Iguala y Cocula, quienes posteriormente los entregaron a sicarios de Guerreros Unidos, una escisión del cartel de los hermanos Beltrán Leyva. Supuestamente, los habrían llevado al basurero de Cocula, donde los asesinaron e improvisaron una pira para quemar los cuerpos, que ardieron por más de 12 horas con combustibles, llantas, madera y basura.
Sin embargo, hace un par de semanas fue divulgada una investigación independiente que desmiente la versión oficial del Gobierno de Enrique Peña Nieto sobre la desaparición de los estudiantes, realizada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
De acuerdo con las conclusiones de los expertos tras el peritaje a la zona, no existen evidencias de que un fuego de tal magnitud se haya registrado en un basurero. En los alrededores del supuesto lugar de cremación no había combustible suficiente para tal fin.
Según el experto peruano José Torero, de la Universidad de Queensland (Australia) y miembro de la Academia Australiana de Tecnología e Ingeniería, los peritajes de la PGR no se basaron en la evidencia material y sus conclusiones son erróneas.
Hechos no investigados, evidencias destruidas y errores cometidos, como la descoordinada participación de más de 52 fiscales al mismo tiempo, son sólo parte de las conclusiones del grupo de investigadores que tras seis meses de trabajo determinó que no hubo voluntad para localizar a los jóvenes.