Harakiri Cambiario, Fiscal y Monetario

 

El harakiri (corte de vientre) es el suicidio ritual japonés por desentrañamiento o evisceración, es el procedimiento por el cual se arranca una persona algunos o todos sus órganos vitales, especialmente del abdomen

El harakiri (corte de vientre) es el suicidio ritual japonés por desentrañamiento o evisceración, es el procedimiento por el cual se arranca una persona algunos o todos sus órganos vitales, especialmente del abdomen. Haciendo una analogía, pudiéramos decir entonces que la política económica del régimen  es la persona que se suicida, y que los órganos vitales eviscerados son la política cambiaria, fiscal y monetaria.

En lo atinente a la política fiscal, en lugar de bajar el gasto corriente y aumentar el gasto de capital (inversión), el gasto corriente ha pasado del 75% del gasto público total en 2015 a 85% en 2016 y 2017; en cuanto al tamaño del gasto mismo, en términos promedios este ha crecido en los últimos dos años 300% interanual; todo ello sustentado en una errónea política fiscal enfocada por el lado del ingreso, ampliando tanto la base impositiva al no homologar el incremento de la unidad tributaria con la tasa de inflación, como por el aumento del número de impuestos.

Esta situación ha provocado una acentuación del déficit fiscal el cual paso de representar el 20% del producto interno bruto en 2015, a 30% en 2016 y se estima que para 2017 este en el orden del 40% del PIB; todo ello debido a una mayor caída del ingreso que del gasto fiscal en términos reales; como consecuencia de la caída de la inversión, producto de la alta inflación que evapora el ahorro y el aumento de la carga impositiva sobre los contribuyentes al sistema, que dilapidan cualquier posibilidad de crecimiento o recuperación económica.

Ahora bien este cráter fiscal, no ha quedado de otra que ser financiado monetariamente, mediante un crecimiento de la base monetaria del 249% en el año 2016, y 90% en los primeros 5 meses de 2017; mientras que la liquidez monetaria, producto de la creación del dinero secundario que hace el sistema financiero, tuvo un crecimiento del 164% en 2016, y 71%  en los primeros 5 meses de 2017; esta situación ha generado un efecto bola de nieve que coloca a la tasa  inflación Venezolana en 180% en el año 2015, 720% en 2016, y se espera que para 2017 supere el 1000%.

Ello sin duda alguna aleja cualquier posibilidad de inversión extranjera en el país, porque ningún agente económico extranjero va colocar sus dólares en Venezuela para recibir una moneda sin reserva de valor como el bolívar (sin respaldo en reservas internacionales); por ello la enorme fuga y salida de capitales; mientras el tipo de cambio no oficial (especulativo) es 4 veces superior al dólar DICOM (Divisas del tipo de cambio complementario); el bolívar en la frontera con Colombia es cambiado por 0,37 pesos.

En ese sentido, el harakiri cambiario se traduce en la hiperdevaluación de nuestro signo monetario, el harakiri fiscal en el crecimiento exponencial del déficit y el enorme desequilibrio fiscal, mientras el harakiri monetario en la hiperinflación galopante, que hunde en la miseria y hambruna colectiva al pueblo venezolano. 

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