¿Harán elecciones los comunistas?

El régimen y el PSUV están en bancarrota popular, son ilegítimos por ejercicio y es imposible que puedan recuperar esa diferencia porcentual de rechazo

No pretendo ser un adivinador, intuyo por “lógica política” que los comunistas del régimen están jugando con la “suspensión” del proceso electoral fijado para el venidero seis de diciembre. Hace ocho meses, escribí un artículo al respecto, en esa oportunidad afirmé: “los comunistas no van a realizar las elecciones de la AN, por estar conscientes de su derrota inminente; la única forma de acudir a un proceso electoral es que estén seguros de la victoria”.

Ahora, con más razón y bajo el influjo del razonamiento deductivo y del silogismo comunista, tengo la seguridad en un 100 por ciento que las elecciones del 6-D no van. El rechazo al régimen, según las encuestas, incluso la oficialista Hinterlaces, supera el 87 por ciento; además, es tanta la motivación ciudadana de participar en el proceso eleccionario que casi en un 90 por ciento van a cumplir con su deber del voto. El régimen y el PSUV están en bancarrota popular, son ilegítimos por ejercicio y es imposible que puedan recuperar esa diferencia porcentual de rechazo.  Ningún conflicto que busquen les va a dar resultado, al contrario, se rebela la intencionalidad de conseguir caminos en aras de suspender el proceso electoral, que es lo que más le interesa, más allá de la propia crisis generalizada del país y del hambre desproporcionada de su población.

El pueblo ha llegado a una estación “ética y psíquica” de rechazo natural a todo lo que plantee el régimen; las mentiras no superan, ni siquiera la ingenuidad e ignorancia de algunos seguidores del “comandante eternamente enterrado”. ¿Qué va a pasar? Dos escenarios: el primero: que los militares, que forman la fortaleza de los comunistas por aquello del “poder de las armas”, se atrevan a darle un golpe definitivo a la CNRBV. Lo más encendido de esto es la carencia de entes políticos; total, ellos están formados para obedecerla. 

En segundo lugar: la ausencia de talante democrático del engendro y de Diablodado, ellos no se ven en un escenario donde puedan convertirse en oposición. Desean el poder por siempre y que el país sucumba ante sus mandatos; además, si pierden el 6-D va a florecer toda la verdad y no les queda otro camino que huir por los delitos cometidos; de allí, con el poder que ostentan van a buscar los espacios para no realizar ese proceso electoral.      

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