El cambio que el Socialismo pregona es solo de amo, en el fondo, está sustentado en el odio. Lenin lo expresó claramente. Su materialismo suprime la dignidad del hombre y niega su libertad. Es un sistema plagado de errores y sofismas, contrarios a la razón
El Socialismo es un sistema, que surgió en el siglo XIX, fracasó en el XX y por ello es una locura pretender mantenerlo en el siglo XXI. Es contrario, por naturaleza, al avance de los derechos humanos. El hombre no puede ser visto desde la Sociedad, pues la persona no está diluida en ella. La igualdad entre las personas no se impone a juro, pues ello es contrario a la naturaleza.
La solución al capitalismo individualista no puede ser un sistema más deshumanizado aun. No hay nada peor para el hombre libre que un Estado omnipotente. El absolutismo del poder es cualquier cosa menos una forma de humanismo. En el fondo del Socialismo, siempre está la lucha de clases. La estatización de los medios de producción solo genera fracasos.
El Socialismo conduce al Colectivismo. El trabajador tiene entonces un nuevo dueño y señor: el Estado. El cambio que el Socialismo pregona es solo de amo. El Socialismo en el fondo, está sustentado en el odio. Lenin lo expresó claramente. “El odio es el sentimiento más noble y más sublime que puede animar los mejores elementos de las masas oprimidas y explotadas”.
Su materialismo suprime la dignidad del hombre y niega su libertad. Es un sistema plagado de errores y sofismas, contrarios a la razón. Al poner al hombre al servicio de una economía colectivista y rechazar al mercado, solo genera pobreza e ineficiencia económica, en sus experiencias reales, como la venezolana del presente.
El Socialismo históricamente es fracaso, odio, ineficiencia, escasez, alienación, penuria, pobreza. En una palabra es la institucionalización de la deshumanización. Es lo peor que puede ocurrirle a los venezolanos del siglo XXI. Venezuela es el único país del mundo que al comenzar este siglo, se empeña en instaurar un fracaso comprobado en Rusia, Vietnam, China, Cuba, Camboya o Corea del Norte. Fue gracias al Socialismo que líderes como Lenin, Stalin, Mao, PolPot, Fidel Castro, Hugo Chávez y sus seguidores, sometieron a sus pueblos a la miseria.
Este sistema es inviable en cualquier siglo, pues descansa en la utopía marxista de imponerle determinaciones morales a la realidad natural por la fuerza compulsivamente. Y esta es una misión condenada al fracaso. ¿Hasta cuándo entonces Socialismo? Hasta que ciudadanos verdaderamente libres y racionales se empeñen en acabar con esta contrarrevolución de la Historia. En Venezuela ya llegó ese momento, pues el Socialismo la está destruyendo. Ojalá no sea tarde.