sábado, diciembre 14, 2024
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Hay humo blanco entre el sambil y corpoelec

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La gerencia del centro comercial espera una respuesta del Ministro para poder abrir nuevamente las puertas del mall. (Foto: Alejandro Paredes Pu00e9rez)

Junto con la generación de un MVA por parte de su planta eléctrica de emergencia podrían operar en el horario restringido de 12.00 del mediodía a 7.00 de la noche. “Ya se elevó la propuesta al ministro a través de su asistente y estamos esperando respuesta

Los trabajadores del Sambil volvieron a cerrar la avenida Guajira. La última vez que lo hicieron temían un cierre técnico. Ayer sumaron cuatro días sin acudir a sus puestos de trabajo por la restricción eléctrica impuesta por Corpoelec que solo les permitía el uso de 900 kilovoltioamperios (KVA), cuando el consumo del centro comercial es de cuatro megavoltioamperios (MVA). Levantaron la protesta en la espera de una respuesta que representantes de la estatal eléctrica prometieron para las próximas horas.

Juan Carlos Koch, gerente general del centro Sambil Maracaibo, explica que hicieron ayer una mesa técnica de trabajo con Corpoelec y la Zona de Defensa Integral (Zodi) en la que acordaron que la carga eléctrica del mall descienda a tres MVA. Solicitan formalmente a Luis Motta Domínguez, ministro para la Energía Eléctrica, 1.1 MVA adicionales a los 900 KVA que les garantizaban. 

Junto con la generación de un MVA por parte de su planta eléctrica de emergencia podrían operar en el horario restringido de 12.00 del mediodía a 7.00 de la noche. “Ya se elevó la propuesta al ministro a través de su asistente y estamos esperando respuesta. Esperamos que todo salga positivo y que podamos reabrir nuestras puertas lo más pronto posible”, asegura Koch. De ser aprobado el planteamiento solo tendrían afectaciones en la climatización del complejo.

Gilbert Bracho es uno de los tres mil trabajadores del centro comercial. Teme por su puesto de trabajo. Sus ingresos lo utiliza para pagar la mensualidad de sus materias en la Unica, donde estudia Comunicación Social. “Mientras no abran el Sambil, no podemos trabajar. La mayoría va a quedar desempleado, ¿cómo van a hacer?”, cuestiona.

A Heidi Palmar, su compañera, la situación económica del país le preocupa. Tiene que mantener a su hija, comprar alimentos y pagar su carrera de Educación en la universidad José Gregorio Hernández. “No me alcanza, pero resuelve”, asegura sobre el único ingreso que recibe al mes.  

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