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Cuánto ha costado que los gobernantes latinoamericanos entiendan que la Presidencia de la República no implica la propiedad del país. La gran debilidad de los regímenes presidenciales, en contraposición con los regímenes parlamentarios, es que en estos el poder del jefe del Estado, Monarca o Presidente, está limitado.
Las primeras palabras de Maduro sobre el cierre de la frontera del Zulia con Colombia fueron las de “He decidido”. La medida no era producto de lo que en Ciencia política se llama el consenso, consulta de expertos, grupos de presión, juristas. Es, lo que ha ocurrido siempre en los regímenes autoritarios, la improvisación “revolucionaria”, el individualismo egocéntrico del mandatario.
Maduro deja al desnudo con la decisión lo que ya sabemos, no hay separación de los poderes. Es el interés electoral, los compromisos militares, las excusas, el motivo del poder Ejecutivo para decidir. No existe el contrapeso Legislativo o Judicial que mida los costos de la improvisación. Los regímenes socialistas marxistas no aceptan el pluralismo, de allí que ante un cierre de fronteras con consecuencias económicas, jurídicas, de relaciones internacionales, la figura del referéndum que ha debido implementarse para el visto bueno de la población, tampoco se tomó en cuenta. Por mucho que el Gobierno quiera aclarar los atropellos cometidos, no cuenta con la adhesión general.
Las primeras cifras hablan de 20 mil colombianos que han regresado a su país. 18 mil 600 voluntariamente y mil 467 deportados. Pasan de 60 millones de dólares las pérdidas por el cierre de la frontera con el Táchira en 20 días.El Estado de Excepción perjudica a la oposición en materia de movilizaciones, ante la proximidad del proceso electoral. Los wayúu burlan el cierre fronterizo del Zulia a través de más de 90 trochas.
El llamado éxito en Washington ha sido flor de un día, porque el propio Secretario General de la OEA Luis Almagro está en la frontera y apoya la decisión colombiana de no ir a un diálogo hasta que no haya reunificación familiar y reparación de las pérdidas a los deportados. Maduro ha recibido en pocos días tres trancazos: la negativa rusa a revisar el precio del petróleo, la sentencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos en favor de Radio Caracas Televisión y el anuncio del Brasil de que apoya a Guyana en lo del Esequibo.