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Los planes vacacionales representan una alternativa en la cual inscribir a nuestros hijos en los períodos de receso escolar. Pero por otra parte, cada vez son más frecuentes los casos donde delincuentes atacan a los usuarios de estas modalidades de esparcimiento, tanto en instalaciones como en los trayectos. Se hace necesario considerar ciertas medidas de prevención que minimicen las posibilidades de ser víctimas físicas y emocionales a niños y adultos.
Visite las instalaciones y valide por usted mismo las condiciones generales de seguridad. Hacer la contratación de un plan solamente por folletos o una web site es algo temerario. Recuerde que entre más alejado sea el campamento de un centro poblado, mayores serán las dificultades para solicitar ayuda médica, policial o trasladar a alguien en caso de emergencia. Es recomendable que la vialidad esté en buen estado desde la carretera o autopista principal hasta la entrada de las instalaciones. Solicite los protocolos de seguridad diseñados para casos de emergencia, así como las copias de las pólizas de seguro en caso de accidentes. La contratación debe incluir atención médica de emergencia tanto en la sede como en los trayectos, por parte de personal profesional certificado y con ambulancias debidamente equipadas.
La instalación debe contar con cobertura de telefonía fija, móvil o en su defecto vía radio. El listado de los números telefónicos de emergencia de la zona debe estar actualizado y ubicado en diversos puntos de fácil visualización y acceso. Debe solicitar los datos de contacto de varias personas que en representación de la contratista, puedan atender las comunicaciones en sitio.
La sede debe contar con sistemas de protección física que minimicen la posibilidad de acceso no autorizado por extraños. Para ello las garitas, muros, cercas, concertinas metálicas e iluminación deben estar en perfecto estado, así como contar con personal de seguridad durante todo el tiempo que los niños permanezcan en el campamento.
Para los casos que las actividades son diarias y sin pernocta, es necesario conocer los datos de identificación de los vehículos que harán los traslados y de sus conductores, quienes deben contar con medios de comunicación operativos durante todo el trayecto. Las unidades de transporte deben equiparse con todos los accesorios necesarios para atender averías menores, siendo lo ideal incorporar un vehículo de apoyo, al cual en caso de accidente movilizar los niños y seguir la ruta. Es conveniente poseer un botiquín de primeros auxilios y varios kit para uso sanitario portátil, de manera que se evite detener la unidad en especial en trayectos desolados. Los recorridos deben iniciarse y finalizarse en horas tales que permitan llegar con luz del día al lugar de destino. Si se observa una alcabala sospechosa, comuníquese de inmediato con alguien de confianza e infórmele su ubicación. Evite que tanto niños como adultos porten objetos de lujo y equipos electrónicos llamativos. Las paradas para descanso o uso de servicios sanitarios, deben haber sido inspeccionadas con anticipación y formar parte del plan de ruta.
Minimice los riesgos y haga del esparcimiento una experiencia y segura.